El hambre se extendió por toda la superficie de la tierra. José abrió todos los graneros y vendió trigo a los egipcios, pues el hambre arreciaba en todo el pa s de Egipto.
Génesis 47:14 - Biblia Castilian 2003 José llegó a hacerse con todo el dinero de la tierra de Egipto y del pa s de Canaán a cambio del grano que ellos le compraban, e ingresaba el dinero en la casa del Faraón. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y recogió José todo el dinero que había en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por los alimentos que de él compraban; y metió José el dinero en casa de Faraón. Biblia Nueva Traducción Viviente José, al vender el grano a la población, con el tiempo, obtuvo todo el dinero que había en Egipto y en Canaán, y lo depositó en la tesorería del faraón. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces José acaparó toda la plata que había en la tierra de Egipto y de Canaán, a cambio del trigo que compraban, y llevó toda esa plata al palacio de Faraón. La Biblia Textual 3a Edicion Así pues, José recogió toda la plata que se halló en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por el grano que le compraban, e ingresó José la plata en la casa de Faraón. Biblia Serafín de Ausejo 1975 José llegó a hacerse con todo el dinero de la tierra de Egipto y del país de Canaán a cambio del grano que ellos le compraban, e ingresaba el dinero en la casa del Faraón. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y recogió José todo el dinero que se halló en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por los alimentos que de él compraban; y metió José el dinero en casa de Faraón. |
El hambre se extendió por toda la superficie de la tierra. José abrió todos los graneros y vendió trigo a los egipcios, pues el hambre arreciaba en todo el pa s de Egipto.
De todos los pa ses ven an a Egipto para comprar trigo a José, pues el hambre arreciaba sobre toda la tierra.
Cuando se agotó el dinero de la tierra de Egipto y del pa s de Canaán, todos los egipcios acud an a José, diciéndole: 'Danos pan. ¿Es que tendremos que morir delante de ti porque se nos ha acabado el dinero?'.
El pueblo maldice al que acapara el trigo; hay bendición para aquel que lo vende.
Ahora bien, a los administradores lo que se les exige es que sean fieles.
Que cada uno ponga al servicio de los demás el don que recibió, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.