Dijo entonces Yahveh: 'El clamor contra Sodoma y Gomorra es grande, y su pecado muy grave.
Génesis 4:10 - Biblia Castilian 2003 Yahveh le dijo: '¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a m desde la tierra. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero el Señor le dijo: —¿Qué has hecho? ¡Escucha! ¡La sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra! Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Yavé le dijo: '¿Qué has hecho? Clama la sangre de tu hermano y su grito me llega desde la tierra. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Él dijo: ¿Qué has hecho? ¡La voz de la sangre° de tu hermano clama° a mí desde la tierra! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yahveh le dijo: '¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. |
Dijo entonces Yahveh: 'El clamor contra Sodoma y Gomorra es grande, y su pecado muy grave.
Dijo Yahveh - Dios a la mujer: '¿Qué es lo que has hecho?'. Respondió la mujer: 'La serpiente me enga ó, y com '.
Yo exigiré cuentas por vuestra propia sangre, o sea, por vuestras vidas. Las exigiré a todo animal y a todo hombre. Exigiré al hombre cuentas por la vida de su hermano.
'¿Es que yo no vi ayer la sangre de Nabot y la de sus hijos? ¡Oráculo de Yahveh! Pero yo te daré tu merecido en este mismo campo. ¡Oráculo de Yahveh!'. Ahora, pues, llévalo y arrójalo en ese campo, conforme a la palabra de Yahveh'.
Hab a all un profeta de Yahveh, llamado Oded, que salió al encuentro del ejército que regresaba a Samar a y les dijo: 'Llevado de su cólera contra Judá, Yahveh, el Dios de vuestros padres, os los ha entregado en vuestras manos, y vosotros los habéis asesinado con un furor que ha llegado hasta el cielo.
Gimen bajo el peso de su carga, grita el alma de los oprimidos. Pero Dios no escucha su plegaria.
Esto vienes haciendo, ¿habré yo de callar? ¿Presumes que yo te sea semejante? A tu cara te acuso y te repruebo.
De opresión y violencia los habrá de redimir, pues su sangre es preciosa ante sus ojos.
Celebrad al Se or, que mora en Sión, Záin proclamad entre las gentes sus acciones.
Él recuerda el delito y pide cuentas, y no olvida el clamor del afligido.
Dijo Yahveh: 'He visto muy bien el sufrimiento de mi pueblo en Egipto y he o do las quejas que le arrancan los capataces de obras. Conozco bien sus angustias.
La vi a de Yahveh Sebaot es la casa de Israel; y los hombres de Judá el plantel de sus delicias. Esperaba justicia y mirad: ¡iniquidad! Esperaba honradez y mirad: ¡lamentos!
No profanéis la tierra en que viv s; porque la sangre profana la tierra, y la tierra no puede purificarse de la sangre que se derramó en ella sino por la sangre de quien la derramó.
Pedro le dijo: 'Anan as, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón impulsándote a enga ar al Esp ritu Santo y a guardarte una parte del precio del campo?
Y Pedro a ella: '¿Conque os pusisteis de acuerdo entre vosotros para tentar al Esp ritu del Se or? Pues mira, están llegando a la puerta los que acaban de enterrar a tu marido, y te llevarán a ti'.
Si en la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar para que la poseas, se descubre un muerto tendido en el campo, sin que se sepa quién lo mató,
Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio superior al de Ca n: sacrificio que lo acreditó como justo. Fue el mismo Dios quien lo acreditó aceptando sus ofrendas. Y por esta misma fe sigue hablando aún después de muerto.
a Jesús, mediador de una nueva alianza, y a la sangre rociada, que habla más elocuentemente que la de Abel.
Mirad: el jornal que habéis escamoteado a los obreros que segaron vuestros campos está clamando y los clamores de los segadores han llegado a los o dos del Se or de los ejércitos.
Dijo entonces Josué a Acán: 'Hijo m o, da gloria a Yahveh, Dios de Israel, y tribútale alabanza. Declárame lo que has hecho y no me ocultes nada'.
Y Samuel le dijo: '¿Qué has hecho?'. Respondió Saúl: 'Como v que la tropa se dispersaba y me abandonaba, que tú no llegabas al tiempo convenido y que los filisteos estaban concentrados en Micmás,