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Génesis 39:9 - Biblia Castilian 2003

y cuando no hay en esta casa otro mayor que yo, y ninguna cosa me ha negado, sino a ti, porque eres su mujer, ¿voy a cometer yo este grande mal y pecar contra mi Dios?'.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Nadie aquí tiene más autoridad que yo. Él no me ha negado nada, con excepción de usted, porque es su esposa. ¿Cómo podría yo cometer semejante maldad? Sería un gran pecado contra Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Aquí tengo tanto poder como él. Nada me ha prohibido, excepto a ti, porque eres su esposa. ¿Cómo, pues, voy a cometer un mal tan grande, y pecar contra Dios?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

No me priva de cosa alguna, sino sólo de ti, por cuanto tú eres su mujer, ¿cómo pues haré este mal tan grande, y pecaré contra ’Elohim?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

y cuando no hay en esta casa otro mayor que yo, y ninguna cosa me ha negado, sino a ti, porque eres su mujer, ¿voy a cometer yo este grande mal y pecar contra mi Dios?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su esposa; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?

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Lòt tradiksyon



Génesis 39:9
34 Referans Kwoze  

Eran los habitantes de Sodoma en gran manera malos y pecadores ante Yahveh.


Pero Dios vino a Abimélec en sue os durante la noche, y le dijo: 'Mira que vas a morir por causa de la mujer que has tomado, pues está casada'.


D jole Dios en el sue o: 'Yo también sé que con sencillez de tu corazón has hecho esto, y he sido también yo el que te ha impedido que pecaras contra m; por eso no te permit que la tocaras.


Después Abimélec llamó a Abrahán y le dijo: '¿Qué es lo que has hecho con nosotros? ¿En qué pequé contra ti para que hayas atra do sobre m y sobre mi reino tan enorme pecado? Has hecho conmigo lo que no debe hacerse'.


Dijo Abrahán a su siervo, el más antiguo de su casa, el que administraba todos sus bienes: 'Pon tu mano bajo mi muslo,


Ella insist a uno y otro d a, pero José no accedió acostarse con ella, ni a estar a su lado.


Tú serás el superintendente de mi casa, y todo mi pueblo estará sometido a lo que órdenes. Sólo el trono estará por encima de ti'.


Al tercer d a les dijo José: 'Soy hombre temeroso de Dios. Haced lo siguiente y salvaréis vuestras vidas.


Pasado el luto, mandó David traerla a su casa y la tomó por esposa. Ella le dio a luz un hijo. Pero la acción de David resultó desagradable a los ojos de Yahveh.


Dijo entonces David a Natán: 'He pecado contra Yahveh'. A lo que replicó Natán: 'Yahveh ha perdonado tu pecado; no morirás.


En cambio, los gobernadores que me hab an precedido hab an gravado al pueblo: además de quitarles pan y vino, les exig an cuarenta siclos de plata. También sus criados oprim an al pueblo. Pero yo no proced as, por temor de Dios.


Pero yo le respond: '¿Un hombre como yo va a huir? ¿Y quién, siendo como yo, penetrará en el templo para salvar su vida? ¡No entraré!'.


Pues el terror de Dios me invadir a, y a su majestad no podr a resistir.


lávame bien de mis iniquidades, purif came tú de mis delitos.


As sucede con la mujer ajena: no queda impune quien la toca.


Necio es quien comete adulterio: quien tal hace se pierde a s mismo;


Y descubro que más amarga que la muerte es la mujer, porque es una trampa; su corazón, una red; sus brazos, cadenas. El que es grato a Dios logra escapar; pero el pecador queda prisionero de ella.


Por eso, as dice Yahveh: 'Mirad: voy a enviarte fuera de la superficie de la tierra: morirás en este a o, porque has predicado rebelión contra Yahveh''.


Cuantos las hallaban las devoraban, y sus enemigos dec an: 'No tenemos culpa, porque pecaron contra Yahveh, Yahveh, pastizal de justicia y esperanza de sus padres'.


Si un hombre comete adulterio con la mujer de otro, ambos adúlteros morirán sin remisión.


'Da a Aarón y a sus hijos la orden siguiente: ésta es la ley del holocausto: el holocausto estará sobre las brasas, encima del altar, toda la noche hasta la ma ana. El fuego del altar se mantendrá siempre encendido.


Pero si no lo hacéis as, pecaréis contra Yahveh y sabed que vuestro pecado no quedará sin castigo.


En cambio, el que no la conoce, si hace cosas condenables, será castigado con menos severidad. Pues a aquel a quien mucho se le dio mucho se le ha de exigir; y al que mucho se le ha confiado, mucho más se le ha de pedir.


Ahora bien, a los administradores lo que se les exige es que sean fieles.


que no los defrauden, sino que les muestren verdadera y total fidelidad, para que as siempre den lustre a la doctrina de Dios, nuestro Salvador.


Tengan todos en alta estima el matrimonio y sea sin mancha el lecho conyugal. Pues Dios condenará a libertinos y adúlteros.


Quien ha nacido de Dios no peca, porque su germen permanece en él y no puede pecar, porque ha nacido de Dios.


Pero los cobardes, los incrédulos, los culpables de abominación, los homicidas, los fornicarios, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros, compartirán el lago que arde con fuego y azufre. Ésta es la segunda muerte'.


Fuera quedarán los perros, los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira'.