Cuando pasaban los mercaderes madianitas subieron y sacaron a José de la cisterna y por veinte siclos de plata lo vendieron a los ismaelitas, quienes se lo llevaron a Egipto.
Génesis 37:36 - Biblia Castilian 2003 Los madianitas lo vendieron en Egipto a Putifar, eunuco del Faraón y jefe de la guardia. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras tanto, los mercaderes madianitas llegaron a Egipto, y allí le vendieron a José a Potifar, quien era un oficial del faraón, rey de Egipto. Potifar era capitán de la guardia del palacio. Biblia Católica (Latinoamericana) Entretanto los madianitas llegaron a Egipto y vendieron a José a Putifar, funcionario del palacio de Faraón y capitán de la guardia. La Biblia Textual 3a Edicion Mientras tanto, los madianitas lo habían vendido en Egipto a Potifar, eunuco° de Faraón, jefe de los guardias. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los madianitas lo vendieron en Egipto a Putifar, eunuco del Faraón y jefe de la guardia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia. |
Cuando pasaban los mercaderes madianitas subieron y sacaron a José de la cisterna y por veinte siclos de plata lo vendieron a los ismaelitas, quienes se lo llevaron a Egipto.
y los puso bajo custodia, en la casa del jefe de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso.
El jefe de la guardia se los confió a José para que los sirviese. Estuvieron algún tiempo en arresto.
Estaba all con nosotros un joven hebreo, siervo del jefe de la guardia. Le contamos nuestros sue os, él los interpretó, dándonos a cada uno la interpretación de su sue o.
El d a siete del mes quinto, es decir, el a o diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzardán, jefe de la guardia, servidor del rey de Babilonia, entró en Jerusalén.
El d a séptimo, alegre el corazón del rey por el vino, mandó a Mehumán, a Bizetá, a Jarboná, a Bigtá, a Abagtá, a Zetar y a Carcás, los siete eunucos que estaban al servicio del rey Asuero,
Que no diga el extranjero que se ha asociado a Yahveh: 'Me separará totalmente Yahveh de su pueblo'. Que no diga el eunuco: '¡Ay! Soy un le o seco'.
Nabuzardán, jefe de la escolta, deportó a Babilonia al resto de la población que hab a quedado en la ciudad, a los desertores que se hab an pasado a él y al resto de los artesanos que quedaban.
Entonces Daniel se dirigió con prudencia y sensatez a Arioc, jefe de la guardia del rey, encargado de la ejecución de los sabios de Babilonia.