Abrahán prosiguió: 'Mira, te ruego. Aunque soy polvo y ceniza, me atrevo a hablar a mi Se or.
Génesis 32:10 - Biblia Castilian 2003 Dijo Jacob: '¡Yahveh, Dios de mi padre Abrahán y Dios de mi padre Isaac, que me dijiste: 'Vuelve a tu tierra y a tu parentela, y yo te colmaré de bienes!' Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. Biblia Nueva Traducción Viviente No soy digno de todo el amor inagotable y de la fidelidad que has mostrado a mí, tu siervo. Cuando salí de mi hogar y crucé el río Jordán, no poseía más que mi bastón, ¡pero ahora todos los de mi casa ocupan dos grandes campamentos! Biblia Católica (Latinoamericana) Luego oró así: 'Yavé, Dios de mi padre Abrahán y Dios de mi padre Isaac, tú me dijiste: Vuelve a tu patria, a la tierra de tus padres que yo seré bueno contigo. La Biblia Textual 3a Edicion Soy indigno de tus misericordias y de toda la fidelidad que has hecho a tu siervo, pues con mi cayado vadeé este Jordán y ahora estoy convertido en dos campamentos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo Jacob: '¡Yahveh, Dios de mi padre Abrahán y Dios de mi padre Isaac, que me dijiste: 'Vuelve a tu tierra y a tu parentela, y yo te colmaré de bienes!' Biblia Reina Valera Gómez (2023) No soy digno de la más pequeña de todas las misericordias, y de toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi bordón pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. |
Abrahán prosiguió: 'Mira, te ruego. Aunque soy polvo y ceniza, me atrevo a hablar a mi Se or.
Y dijo: 'Yahveh, Dios de mi se or Abrahán, concédeme que tenga hoy buen encuentro, y muéstrate misericordioso con Abrahán, mi se or.
diciendo: 'Bendito sea Yahveh, Dios de mi se or Abrahán, que no ha negado su misericordia y su fidelidad a mi se or, y que me ha guiado en el camino a la casa de los hermanos de mi se or'.
Yahveh estaba de pie junto a él, y le dec a: 'Yo soy Yahveh, el Dios de Abrahán, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra sobre la que estás acostado te la daré a ti y a tu posteridad.
Yo estoy contigo: te guardaré dondequiera que vayas, y te haré regresar a esta tierra. Porque no te dejaré hasta que haya realizado lo que te he dicho'.
As éste se enriqueció much simo y llegó a tener reba os numerosos, siervas y siervos, camellos y asnos.
Yahveh dijo entonces a Jacob: 'Vuelve a la tierra de tus padres y a tu parentela. Yo estaré contigo'.
con estas instrucciones: 'As hablaréis a mi se or, a Esaú: 'Esto dice Jacob, tu siervo: he morado en casa de Labán, donde he permanecido hasta ahora.
Los mensajeros regresaron a Jacob diciendo: 'Hemos ido a tu hermano Esaú, y él mismo viene a tu encuentro acompa ado de cuatrocientos hombres'.
Entre tanto, David llegaba a Majanáin, mientras Absalón atravesaba el Jordán con todos los hombres de Israel.
Entró luego el rey David, se puso ante Yahveh y exclamó: '¿Quién soy yo, Se or Yahveh, y qué es mi casa, para que me hayas hecho llegar hasta aqu ?
Tu primera suerte resultará mezquina, comparada con la fortuna que te aguarda.
A los d as del rey a ades d as, y sus a os son largos como las generaciones.
¿qué es el hombre, para que de él te acuerdes, el hijo de hombre, para que de él te ocupes?
Al pasar por el valle de los bálsamos, lo tornan manantial, y la lluvia primera lo viste de sus dádivas.
Su socorro está cercano al que le teme con su gloria morando en nuestra tierra.
La senda de los justos es como la luz del alba, que aumenta en claridad hasta el pleno d a;
Yo dije: '¡Ay de m ! ¡Estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros que vivo en un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, a Yahveh Sebaot!'.
Los favores de Yahveh recordaré, las alabanzas de Yahveh, por todo lo que hizo Yahveh con nosotros, por su gran bondad con la casa de Israel, la que él le demostró según su compasión y según la multitud de sus favores.
Mostrarás tu fidelidad a Jacob, tu misericordia a Abrahán, como juraste a nuestros padres desde los d as de anta o.
Pues igualmente vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: 'Siervos inútiles somos; hemos hecho lo que ten amos que hacer''.
Cuando Simón Pedro vio esto se echó a los pies de Jesús, diciéndole: 'Apártate de m, Se or, que soy hombre pecador'.
He hecho el insensato. Vosotros me obligasteis. Erais vosotros quienes deber ais recomendarme, porque, aunque no soy nada, nada desmerezco frente a esos superapóstoles.
Acuérdate de Yahveh, tu Dios, que fue quien te dio fuerza para procurarte riqueza, a fin de establecer la alianza que bajo juramento prometió a tus padres, como en el presente se ve.
De igual modo, vosotros, jóvenes, someteos a los presb teros. Revest os todos de humildad en servicio mutuo, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.