Se levantó Jacob muy de ma ana, tomó la piedra que hab a puesto de cabecera, la erigió como una estela y derramó aceite encima de ella.
Génesis 28:17 - Biblia Castilian 2003 E invadido por el temor exclamó: '¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que la casa de Dios y la puerta del cielo'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo. Biblia Nueva Traducción Viviente pero también tuvo temor y dijo: «¡Qué temible es este lugar! No es ni más ni menos que la casa de Dios, ¡la puerta misma del cielo!». Biblia Católica (Latinoamericana) Sintió miedo y dijo: '¡Cuán digno de todo respeto es este lugar! ¡Es nada menos que una Casa de Dios! ¡Esta es la Puerta del Cielo!' La Biblia Textual 3a Edicion Y asustado, añadió: ¡Cuán terrible es este lugar! ¡Esto no es sino Casa de Dios y Puerta de los cielos! Biblia Serafín de Ausejo 1975 E invadido por el temor exclamó: '¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que la casa de Dios y la puerta del cielo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! Esto no es otra cosa sino casa de Dios y puerta del cielo. |
Se levantó Jacob muy de ma ana, tomó la piedra que hab a puesto de cabecera, la erigió como una estela y derramó aceite encima de ella.
y esta piedra que he erigido como estela será casa de Dios; y de todo lo que me dieres reservaré para ti el diezmo'.
de manera que los sacerdotes no pudieron quedarse all para su ministerio a causa de la nube, pues la gloria de Yahveh hab a llenado el templo de Dios.
Reconoced fuerza al Se or: sobre Israel está su orgullo y en las nubes su potencia.
Y le dijo: 'No te acerques aqu y qu tate las sandalias de los pies; porque el lugar donde estás es suelo sagrado'.
Y a adió: 'Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob'. Entonces Moisés se cubrió el rostro, porque tem a fijar su mirada en Dios.
No te precipites con la lengua, ni se apresure tu corazón a proferir una palabra ante Dios, porque Dios está en el cielo, y tú en la tierra. Por ello, sé parco en palabras.
Al o r esto los disc pulos, cayeron rostro en tierra y quedaron sobrecogidos de espanto.
Se les presentó un ángel del Se or y la gloria del Se or los envolvió en claridad. Ellos sintieron un gran temor.
La gente acud a a ver lo que hab a sucedido. Llegáronse a Jesús, y encontraron al hombre del que hab an salido los demonios, sentado ya, vestido y en su sano juicio, a los pies de Jesús. Y quedaron llenos de espanto.
Pero, si me retraso, quiero que sepas cómo hay que comportarse en la casa de Dios que es la Iglesia del Dios vivo, columna y soporte de la verdad.
Porque es ya el tiempo de que comience el juicio por la casa de Dios. Y si empieza por nosotros, ¿cuál será el final de los que se rebelan contra el evangelio de Dios?
Cuando lo vi, ca como muerto a sus pies. Él puso su diestra sobre m y me dijo: 'No temas. Yo soy el primero y el último
Dijo, pues, Manóaj a su mujer: 'Ciertamente vamos a morir, pues hemos visto a Dios'.