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Génesis 27:41 - Biblia Castilian 2003

Esaú sintió gran odio por Jacob a causa de la bendición con que lo hab a bendecido su padre y se dijo Esaú en su corazón: 'Se acercan los d as del duelo por mi padre, y entonces mataré a mi hermano Jacob'.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Desde ese momento, Esaú odió a Jacob, porque su padre le había dado la bendición a él. Entonces Esaú comenzó a tramar: «Pronto haré duelo por la muerte de mi padre y después mataré a mi hermano Jacob».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Esaú le tomó odio a Jacob, a causa de la bendición que le había dado su padre, y se decía: 'Se acercan ya los días de luto por mi padre, y entonces mataré a mi hermano Jacob.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que lo había bendecido su padre, y dijo Esaú en su corazón: Se acercan los días del luto de mi padre, entonces podré matar a Jacob mi hermano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Esaú sintió gran odio por Jacob a causa de la bendición con que lo había bendecido su padre y se dijo Esaú en su corazón: 'Se acercan los días del duelo por mi padre, y entonces mataré a mi hermano Jacob'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Esaú aborreció a Jacob a causa de la bendición con que le había bendecido su padre, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y entonces yo mataré a mi hermano Jacob.

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Lòt tradiksyon



Génesis 27:41
34 Referans Kwoze  

Cuando supo Rebeca las palabras de Esaú, su hijo mayor, mandó llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo: 'Mira, Esaú tu hermano quiere vengarse de ti, matándote.


Muy lejos estoy de merecer todos los favores y toda la fidelidad que has dispensado a tu siervo. Sólo mi cayado ten a cuando vadeé este Jordán, y ahora poseo dos campamentos.


Dijo Jacob al verlos: 'Esto es el campamento de Dios', y llamó a aquel lugar Majanáin.


He adquirido bueyes y asnos, ganado menor, siervos y siervas, y he enviado a notificarlo a mi se or, para hallar gracia ante tus ojos''.


Después Isaac expiró; murió y fue a reunirse con su pueblo. Era ya viejo y lleno de d as. Esaú y Jacob, sus hijos, lo sepultaron.


Le vieron ellos desde lejos y, antes de que se les acercara, tramaron su muerte.


Viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos ellos, le ten an rencor y no le dirig an la palabra.


Dijéronle sus hermanos: '¿Es que vas a reinar sobre nosotros o quieres dominarnos?'. Y sus hermanos lo odiaron todav a más por causa de sus sue os y de sus palabras.


Cuando los hermanos de José vieron que hab a muerto su padre, se dec an: 'Quizá José nos guarde rencor y nos devuelva todo el mal que le causamos'.


Mandó después José a sus servidores médicos que embalsamaran a su padre, y los médicos embalsamaron a Israel.


Sus servidores lo sacaron de su carro, lo pasaron al segundo carro que ten a y lo llevaron a Jerusalén, donde murió. Fue sepultado en las tumbas de sus padres y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por Jos as.


vierto mi queja en su presencia, digo mis cuitas a su vista.


Cual por deudos y hermanos, andaba yo impaciente, como en duelo por la madre, triste y mustio.


Vale más la migaja de los justos Tet que las riquezas del imp o.


porque sus pies corren al mal y se apresuran a verter sangre;


Hermano ofendido es más que un fort n, las disputas son como cerrojos de un baluarte.


maquina maldades en su corazón, provoca pendencias de continuo.


No seas propenso al enojo, porque el enojo habita en el corazón de los necios.


'Porque has tenido un odio secular contra los israelitas y los entregaste a la espada cuando ocurrió su desastre, en el momento de su último castigo,


Los israelitas lloraron a Moisés en las estepas de Moab durante treinta d as, hasta que se cumplieron los d as de llanto por el duelo de Moisés.


Porque hubo un tiempo en que también nosotros éramos insensatos, desobedec amos, nos extraviábamos, serv amos a deseos y placeres diversos, pasábamos nuestra vida entre malicia y envidia, odiados y odiándonos mutuamente.