Sucedió que, cuando entró Abrán en Egipto, vieron los egipcios que la mujer era muy hermosa.
Génesis 12:11 - Biblia Castilian 2003 A punto de entrar en Egipto, dijo a Saray, su mujer: 'Mira, sé que eres una mujer muy hermosa. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; Biblia Nueva Traducción Viviente Al acercarse a la frontera de Egipto, Abram le dijo a su esposa Sarai: «Mira, tú eres una mujer hermosa. Biblia Católica (Latinoamericana) Estando ya para entrar en Egipto, dijo a Saray, su esposa: 'Estoy pensando que eres una mujer hermosa. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que cuando se acercaba para entrar a Egipto, le dijo a su esposa Saray: Mira, eres mujer de hermosa apariencia, Biblia Serafín de Ausejo 1975 A punto de entrar en Egipto, dijo a Saray, su mujer: 'Mira, sé que eres una mujer muy hermosa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su esposa: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso parecer; |
Sucedió que, cuando entró Abrán en Egipto, vieron los egipcios que la mujer era muy hermosa.
As que cuando Dios me hizo salir errante lejos de la casa de mi padre, le dije a ella: 'Me harás este favor: adonde quiera que vayamos, dirás que soy tu hermano''.
Como Abrahán sol a decir de Sara, su mujer: 'Es mi hermana', Abimélec, rey de Guerar, ordenó que le trajesen a Sara.
Era la joven de muy buen parecer y virgen, pues ningún varón la hab a conocido. Descendió a la fuente, llenó su cántaro y subió de nuevo.
Cuando los hombres del lugar le preguntaban por su mujer, él respond a: 'Es mi hermana'. No se atrev a a decir: 'Es mi mujer', pues pensaba: 'Es de tan buen parecer que temo que los habitantes del lugar me maten a causa de ella'.
L a ten a la mirada apagada, Raquel, en cambio, era apuesta y de bello aspecto.
vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas y tomaron para s por mujeres de entre todas ellas las que bien quisieron.
Una tarde, David se levantó de su lecho y se puso a pasear por la terraza del palacio real, cuando vio desde la terraza a una mujer que se estaba ba ando, la cual era por cierto muy hermosa.
La joven era hermosa en extremo. Ella estaba al cuidado y al servicio del rey, pero el rey no tuvo relaciones con ella.
El temor a los hombres es una trampa; quien conf a en Yahveh vive seguro.
Este hombre se llamaba Nabal, y su esposa Abigail. Ella era mujer de mucha cordura y agraciada, pero su marido era brutal y de mal comportamiento. Era del linaje de Caleb.