Génesis 1:14 - Biblia Castilian 2003 Dijo Dios: 'Haya lumbreras en la bóveda celeste que separen el d a de la noche, se alen las festividades, los d as y los a os Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Dios dijo: «Que aparezcan luces en el cielo para separar el día de la noche; que sean señales para que marquen las estaciones, los días y los años. Biblia Católica (Latinoamericana) ' Dijo Dios: 'Haya lámparas en el cielo que separen el día de la noche, que sirvan para señalar las fiestas, los días y los años, La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo ’Elohim: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para diferenciar entre el día y la noche, y sirvan para señales, y para las estaciones,° y para días y años, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo Dios: 'Haya lumbreras en la bóveda celeste que separen el día de la noche, señalen las festividades, los días y los años Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo Dios: Haya lumbreras en el firmamento del cielo para separar el día de la noche; y sean por señales, y para las estaciones, y para días y años; |
y sirvan de lumbreras en el firmamento para alumbrar la tierra'. Y as fue.
Mientras la tierra dure, sementera y siega, fr o y calor, verano e invierno, noche y d a nunca cesarán'.
pongo mi arco en las nubes para se al de la alianza entre yo y la tierra.
¡En su alborada no luzcan las estrellas! ¡Qué aguarde en vano el resplandor y no vea el parpadeo de la aurora!
Conforme a tus decretos, perduran hasta hoy, porque todo se tiene a tu servicio.
los fijó por los siglos de los siglos y les puso unas leyes que no fallan.
Aleluya. Alabad al Se or en su santuario, alabadlo en su majestuoso firmamento
iniciad el cantar y ta ed el adufe, la lira dulce juntamente con el arpa.
Levantad a lo alto vuestros ojos y mirad: ¿quién creó aquello? Él saca en orden su ejército, llama por su nombre a todos ellos; ante el grande en poder y ante el potente en fuerza ni uno solo falta.
As dice Yahveh: 'No aprendáis el camino de las naciones, ni temáis las se ales del cielo, aunque las naciones las teman.
As dice Yahveh, que coloca el sol para lucir de d a, las leyes de la luna y las estrellas para lucir de noche, que agita el mar y braman sus olas, Yahveh Sebaot en su nombre:
as dice Yahveh: 'Si pudierais romper mi alianza con el d a y mi alianza con la noche, de modo que no hubiera d a ni noche a su debido tiempo,
Pues as dice Yahveh: tan cierto como es que existe mi pacto con el d a y con la noche, y que he establecido las leyes del cielo y de la tierra,
'As dice el Se or Yahveh: la puerta del atrio interior que mira a oriente estará cerrada los seis d as laborables, pero se abrirá el sábado y se abrirá también el d a del novilunio.
El d a del novilunio, el holocausto consistirá en un novillo sin defecto, seis corderos y un carnero sin defecto.
Ante ellos tiembla la tierra, retiemblan los cielos, el sol y la luna se oscurecen, apagan su brillo las estrellas.
Él es quien hizo las Pléyades y Orión, quien cambia las tinieblas en aurora, quien hace del d a noche oscura, quien llama a las aguas del mar y las derrama sobre la superficie de la tierra. ¡Yahveh es su nombre!
Sucederá en aquel d a - oráculo del Se or Yahveh - que ocultaré el sol al mediod a, y en pleno d a oscureceré la tierra.
preguntando: '¿Dónde está el rey de los jud os que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarlo'.
Inmediatamente después de la tribulación de aquellos d as, el sol se obscurecerá y la luna no dará su brillo, las estrellas caerán del cielo y el mundo de los astros se desquiciará.
Pero en aquellos d as, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá y la luna no dará su brillo,
Y cuando levantes tus ojos al cielo y veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército del cielo, no te dejes seducir ni te postres para rendirles culto y servirles. Yahveh, tu Dios, los ha repartido entre todos los pueblos bajo el cielo;
Cuando abrió el sexto sello, vi sobrevenir un gran terremoto, el sol se volvió negro como un tejido de crin, la luna, toda ella se volvió de sangre
Tocó el cuarto ángel. Y fue azotada la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas, de modo que se oscureció la tercera parte de cada uno de ellos; el d a perdió la tercera parte de su brillo, y otro tanto la noche.
Abrió el pozo del abismo y subió del pozo una humareda como la humareda de un gran horno. El sol y el aire quedaron oscurecidos por el humo del pozo.