Esta persuasión no proviene del que os llama.
Esta persuasión no procede de aquel que os llama.
Seguro que no fue Dios, porque él es quien los llamó a ser libres.
Porque ésa no era la voz de Aquel que los llamó.
Esta persuasión no procede de Aquél que os llama.
Esta persuasión no viene de Aquél que os llama.
Sabemos, además, que en todas las cosas interviene Dios para el bien de quienes le aman, de quienes son llamados según su designio.
Y a los que de antemano destinó, también los llamó, y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.
Me maravillo de que tan pronto os hayáis pasado del que os llamó por la gracia de Cristo a otro Evangelio.