Yo hab a pensado: Te pondré entre los hijos y te daré un pa s delicioso, la herencia más preciosa de las naciones. Y me dec a: me llamarás 'Padre m o', y de mi seguimiento no te apartarás.
Gálatas 4:6 - Biblia Castilian 2003 Y prueba de que sois hijos es que Dios envió a nuestros corazones el Esp ritu de su Hijo, que clama: ¡ Abbá, Padre! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Biblia Nueva Traducción Viviente y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre». Biblia Católica (Latinoamericana) Ustedes ahora son hijos, por lo cual Dios ha mandado a nuestros corazones el Espíritu de su propio Hijo que clama al Padre: ¡Abbá!, o sea: ¡Papá! La Biblia Textual 3a Edicion Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a nuestros° corazones, el cual clama: ¡Abba! (Padre). Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y prueba de que sois hijos es que Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: ¡ Abbá, Padre! Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre. |
Yo hab a pensado: Te pondré entre los hijos y te daré un pa s delicioso, la herencia más preciosa de las naciones. Y me dec a: me llamarás 'Padre m o', y de mi seguimiento no te apartarás.
¿No acabas de implorarme ahora mismo: ¡Padre m o! El amigo de mi juventud eres tú?
Y dec a '¡Abbá! ¡Padre, todo te es posible: aparta de m este cáliz! Pero no lo que yo quiero, sino lo que quieres tú'.
Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿con cuánta más razón el Padre que está en el cielo dará Esp ritu Santo a los que le piden?'.
Él les dijo: 'Cuando vayáis a orar, decid: Padre, santificado sea tu nombre; venga tu reino.
Yo rogaré al Padre y él os dará otro Paráclito, que estará con vosotros para siempre:
'Cuando venga el Paráclito que yo os enviaré de junto al Padre, el Esp ritu de la verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de m;
Sin embargo, yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya. Pues, si no me fuera, no vendr a a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré.
Porque aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios; pues no da el Esp ritu con cicater a.
Esto lo dijo refiriéndose al Esp ritu que hab an de recibir los que creyeran en él; aún no hab a Esp ritu, porque Jesús no hab a sido glorificado todav a.
hasta los confines de Misia. Intentaron pasar a Bitinia, pero no se lo permitió el Esp ritu de Jesús.
y la esperanza no decepciona, porque se ha derramado en nuestros corazones el amor de Dios por medio del Esp ritu Santo que nos ha sido dado.
Pero vosotros no viv s según la carne, sino según el esp ritu, puesto que el Esp ritu de Dios habita en vosotros. Si alguno no tiene el Esp ritu de Cristo, este tal no pertenece a Cristo.
As está escrito: El primer hombre, Adán, fue ser viviente; el último Adán, esp ritu vivificante.
nos marcó con su sello y puso en nuestros corazones la fianza del Esp ritu.
En él también vosotros, después de haber o do la palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvación; en él también, después de haber cre do, habéis sido sellados con el Esp ritu Santo de la promesa,
porque por medio de él los unos y los otros tenemos acceso, en un solo Esp ritu, al Padre.
Y no disgustéis al Esp ritu Santo de Dios, en el cual fuisteis sellados para el d a de la redención.
Con toda clase de oraciones y súplicas, orad en toda ocasión en el Esp ritu, y velad juntos y con perseverancia, intercediendo por todo el pueblo santo,
Pues yo sé que esto servirá para mi salvación, gracias a vuestras oraciones y a la asistencia del Esp ritu de Jesucristo,
Por consiguiente, quien esto menosprecia, no menosprecia a un hombre, sino a Dios, que dispensa [también] su Esp ritu Santo entre vosotros.
Ellos investigaban a qué tiempo y a qué circunstancias se refer a el esp ritu de Cristo que estaba en ellos y que testificaba de antemano los padecimientos reservados a Cristo y las glorias que los seguir an.
Pero vosotros, queridos hermanos, edificaos sobre vuestra sant sima fe, orad en Esp ritu santo
Yo ca a sus pies para adorarlo. Pero me dijo: 'No hagas eso. Consiervo tuyo soy y de tus hermanos, que tienen el testimonio de Jesús. A Dios has de adorar'. Pues el testimonio de Jesús es el esp ritu de profec a.