Los fariseos, al verlo, dec an a sus disc pulos: '¿Por qué vuestro Maestro come con publicanos y pecadores?'.
Gálatas 2:15 - Biblia Castilian 2003 Nosotros somos jud os de nacimiento, y no pecadores procedentes de gentiles. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, Biblia Nueva Traducción Viviente »Tú y yo somos judíos de nacimiento, no somos “pecadores” como los gentiles. Biblia Católica (Latinoamericana) Nosotros somos judíos de nacimiento; no pertenecemos a esos pueblos pecadores. La Biblia Textual 3a Edicion Nosotros, judíos por naturaleza, y no pecadores de entre los gentiles, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Nosotros somos judíos de nacimiento, y no pecadores procedentes de gentiles. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Nosotros, somos judíos naturales, y no pecadores de los gentiles; |
Los fariseos, al verlo, dec an a sus disc pulos: '¿Por qué vuestro Maestro come con publicanos y pecadores?'.
que el Hijo del hombre hab a de ser entregado en manos de hombres pecadores y hab a de ser crucificado, pero que al tercer d a hab a de resucitar'.
Entonces, ¿qué? ¿Tenemos los jud os ventaja? ¡De ninguna manera! Porque acabamos de probar que todos, tanto jud os como griegos, están bajo pecado,
Por eso la promesa es por la fe, para que lo sea como un don y quede asegurada para todos los descendientes, no sólo para los que proceden de la ley, sino también para los que proceden de la fe de Abrahán - que es padre de todos nosotros,
Si procurando ser justificados en Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿será que Cristo es servidor del pecado? ¡Ni pensarlo!
entre los cuales también nosotros todos viv amos entonces según las tendencias de nuestra carne, realizando los deseos de la carne y de la mente, y éramos, por naturaleza, hijos de ira, exactamente como los otros...
aunque motivos no me faltan para poner yo también confianza en la carne. Si algún otro cree tener razones para confiar en la carne, yo mucho más.
Porque hubo un tiempo en que también nosotros éramos insensatos, desobedec amos, nos extraviábamos, serv amos a deseos y placeres diversos, pasábamos nuestra vida entre malicia y envidia, odiados y odiándonos mutuamente.
Yahveh te envió por este camino y te dio esta orden: 'Ve y consagra al anatema a estos pecadores, los amalecitas, y hazles la guerra hasta aniquilarlos'.