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Éxodo 9:29 - Biblia Castilian 2003

Respondió Moisés: 'Cuando salga de la ciudad extenderé mis manos a Yahveh, cesarán los truenos, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es de Yahveh.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y le respondió Moisés: Tan pronto salga yo de la ciudad, extenderé mis manos a Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que de Jehová es la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—Muy bien —respondió Moisés—. En cuanto salga de la ciudad, levantaré mis manos y oraré al Señor. Entonces los truenos y el granizo cesarán, y sabrás que la tierra pertenece al Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Moisés le respondió: 'En cuanto salga de tu presencia extenderé mis manos hacia Yavé, y cesarán los truenos y no caerá más granizo; con eso comprenderás que Yavé es dueño de la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Díjole Moisés: Cuando salga de la ciudad extenderé mis manos a YHVH, y los truenos cesarán y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es de YHVH,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Respondió Moisés: 'Cuando salga de la ciudad extenderé mis manos a Yahveh, cesarán los truenos, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es de Yahveh.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y le respondió Moisés: Al salir yo de la ciudad extenderé mis manos a Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que de Jehová es la tierra.

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Lòt tradiksyon



Éxodo 9:29
19 Referans Kwoze  

Luego Salomón se puso ante el altar de Yahveh, en presencia de toda la asamblea de Israel, y levantando sus manos extendidas al cielo,


toda plegaria y toda súplica que te dirija cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando conozcan el dolor en su corazón y extiendan sus manos hacia este templo,


A la hora del sacrificio de la tarde, sal de mi abatimiento y, con mis vestidos y manto rasgados, ca de rodillas, extend las manos hacia Yahveh, mi Dios,


Si tú levantas tu corazón a Dios y tiendes tus manos hacia él,


Él hace cuanto quiere en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.


Yo tiendo hacia ti mis manos: como tierra extenuada, as va hacia ti mi alma.


Si sintiera yo hambre, no vendr a a dec rtelo, pues m o es el mundo y cuanto contiene.


Ahora bien, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, seréis propiedad m a particular entre todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece.


Porque en seis d as hizo Yahveh el cielo, la tierra y el mar, y todo cuanto contienen; pero el d a séptimo descansó. Por eso bendijo Yahveh el d a del sábado y lo declaró santo.


Respondió Moisés: 'No puede ser as, porque lo que nosotros sacrificamos a Yahveh, nuestro Dios, es abominación para los egipcios. Si ofreciéramos en presencia de los egipcios sacrificios que ellos mismos abominan, ¿no nos apedrear an?


'Ma ana' - contestó el Faraón -. Respondió Moisés: 'Sea como dices; para que sepas que no hay otro como Yahveh, nuestro Dios,


Luego de salir Moisés de casa del Faraón y de la ciudad, extendió las manos hacia Yahveh, cesaron los truenos y el granizo y no cayó más lluvia sobre la tierra.


Cuando extendáis vuestras palmas, me taparé los ojos; aunque multipliquéis las oraciones, no os escucharé. Vuestras manos están llenas de sangre:


pues del Se or es la tierra y todo lo que ella contiene.


Pero si alguno os dice: 'Esto ha sido ofrecido en sacrificio', no lo comáis, en atención al que os lo advirtió y a la conciencia.


Mira: de Yahveh, tu Dios, son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y cuanto hay en ella;