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Éxodo 9:17 - Biblia Castilian 2003

Tú te opones todav a a mi pueblo y no lo dejas partir.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

¿Todavía te ensoberbeces contra mi pueblo, para no dejarlos ir?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero todavía actúas como señor y dueño de mi pueblo, te niegas a dejarlo salir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¿Y todavía te opones a que salga mi pueblo?

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La Biblia Textual 3a Edicion

¿Todavía te yergues como una barrera contra mi pueblo para no dejarlos partir?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tú te opones todavía a mi pueblo y no lo dejas partir.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¿Todavía te ensalzas tú contra mi pueblo, para no dejarlos ir?

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Lòt tradiksyon



Éxodo 9:17
14 Referans Kwoze  

¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Truena tu voz como la suya?


¿Quién, por fuerte y sabio que sea, puede provocarle impunemente?


Pero te he dejado con vida, para darte a conocer mi fuerza y para que mi nombre se divulgue sobre toda la tierra.


Pero mira que ma ana, a esta misma hora, haré llover una granizada tan fuerte como no la hubo igual en Egipto desde el d a en que fue fundado hasta hoy.


¿Se jacta el hacha ante quien corta con ella? ¿Se engr e la sierra ante quien tira de ella? ¡Como si la vara blandiera a quien la alza o un bastón alzara a quien no es de madera!


Yahveh, tu mano está alzada, pero ellos no la ven. ¡Vean, avergonzados, tu celo por el pueblo; el fuego devore a tus enemigos!


Porque te has enfurecido contra m, porque tu insolencia ha llegado a mis o dos, pondré mi anillo en tus narices, mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino que trajiste.


¡Ay de quien discute con su modelador, cacharro entre cacharros de barro! ¿Dice la arcilla al alfarero: 'Qué haces?'. o: '¿Tu obra no tiene asas?'.


Por eso, as dice el Se or Yahveh: 'Por haber equiparado tu corazón al corazón de Dios,


Pero cuando su corazón se ensoberbeció y su esp ritu se obstinó en el orgullo, fue derribado de su trono real y despojado de su gloria.


Pero en aquel mismo instante lo hirió un ángel del Se or, por no haber dado gloria a Dios; y, comido de gusanos, expiró.


¿O es que vamos a provocar a celos al Se or? ¿Somos acaso más fuertes que Él?