Yahveh dijo a Moisés: 'Ve al Faraón, pues yo he endurecido su corazón y el corazón de sus siervos, a fin de obrar mis prodigios en medio de su pueblo,
Éxodo 7:4 - Biblia Castilian 2003 El Faraón no os escuchará; y entonces pondré yo mi mano sobre Egipto y sacaré del pa s de Egipto a mis huestes, a mi pueblo, a los israelitas, con dur simos castigos. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios. Biblia Nueva Traducción Viviente Aun así, el faraón se negará a escucharte; por eso alzaré mi puño contra Egipto. Luego rescataré a mis ejércitos —a mi pueblo, los israelitas— de la tierra de Egipto con grandes actos de juicio. Biblia Católica (Latinoamericana) él no te hará caso. Yo, entonces, sacaré a mi pueblo del país de Egipto, a fuerza de golpes y de grandes intervenciones. La Biblia Textual 3a Edicion Faraón no os escuchará. Yo pondré mi mano en Egipto, y con grandes juicios sacaré de la tierra de Egipto a mis escuadrones, mi pueblo, los hijos de Israel. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El Faraón no os escuchará; y entonces pondré yo mi mano sobre Egipto y sacaré del país de Egipto a mis huestes, a mi pueblo, a los israelitas, con durísimos castigos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios. |
Yahveh dijo a Moisés: 'Ve al Faraón, pues yo he endurecido su corazón y el corazón de sus siervos, a fin de obrar mis prodigios en medio de su pueblo,
Yahveh hab a dicho a Moisés: 'El Faraón no os escuchará, a fin de que se multipliquen mis prodigios en el pa s de Egipto'.
Aquel mismo d a sacó Yahveh del pa s de Egipto a los israelitas con sus huestes.
Dijo Moisés al pueblo: 'Acordaos de este d a en que salisteis de Egipto, de la casa de esclavitud, porque Yahveh os sacó de all por la fuerza de su mano. No se comerá pan fermentado.
Será para ti como una se al en tu mano y como un recordatorio ante tus ojos, a fin de que la ley de Yahveh esté siempre en tu boca, pues con mano fuerte te sacó Yahveh de Egipto.
Moisés contó a su suegro todo lo que Yahveh hab a hecho al Faraón y a los egipcios en favor de Israel, todas las dificultades que hab an encontrado a lo largo del camino, y cómo Yahveh los hab a librado de ellas.
Sé muy bien que el rey de Egipto no os dejará ir sino forzado por mano poderosa.
Pero yo extenderé mi mano: heriré a Egipto con toda suerte de prodigios que yo haré en medio de ellos, y entonces os dejará salir.
Dijo Yahveh a Moisés: 'Ahora vas a ver lo que haré yo al Faraón: pues bajo la presión de una mano fuerte los dejará ir, y por la intervención de una mano firme los ha de echar él mismo de su territorio'.
Fue a este Aarón y a este Moisés a quienes dijo Yahveh: 'Sacad a los israelitas del pa s de Egipto con sus huestes'.
Dirás, pues, a los israelitas: 'Yo soy Yahveh; yo os sacaré de las cargas pesadas de Egipto, os libertaré de su servidumbre y os redimiré con brazo extendido y con castigos dur simos.
Se endureció el corazón del Faraón y no los escuchó, tal y como lo hab a predicho Yahveh.
Y le dirás: 'Yahveh, el Dios de los hebreos, me ha mandado a ti para decirte: deja partir a mi pueblo para que me rinda culto en el desierto, ya que hasta el presente te has desentendido.
Dijeron los magos al Faraón: 'El dedo de Dios está aqu '. Pero el corazón del Faraón se endureció y, como lo hab a predicho Yahveh, no los escuchó.
Yo estableceré una distinción entre mi pueblo y el tuyo. Ma ana se realizará esta se al''.
Endureció Yahveh el corazón del Faraón y éste no los escuchó, tal y como lo hab a predicho Yahveh a Moisés.
pesará la mano de Yahveh sobre tus ganados que están en el campo: sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos y sobre el ganado mayor y menor vendrá una grav sima peste.
Los azotes son para los insolentes; los golpes, para la espalda de los necios.
Con mi alma te ans o de noche, con mi esp ritu te busco en mi pecho; porque cuando lucen tus juicios en la tierra, aprenden justicia los habitantes del orbe.
'Pues as dice el Se or Yahveh: 'Ciertamente si yo env o contra Jerusalén mis cuatro peores castigos: espada, hambre, fieras y peste, para exterminar de ella a hombres y animales;
¿Quién no temerá, Se or, y no glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo, porque todos los pueblos vendrán y se postrarán ante ti, porque tus justos designios han quedado manifiestos'.
Y o que el altar dec a: 'As es, Se or, Dios todopoderoso. Verdaderos y justos son tus juicios'.
porque sus designios son verdaderos y equitativos; pues ha juzgado a la gran prostituta, la que corromp a la tierra con su fornicación; y ha tomado venganza de la sangre de sus siervos'.
En todas sus campa as, la mano de Yahveh les era adversa, según se lo hab a anunciado Yahveh y se lo hab a jurado. Estaban, pues, en gran aprieto.