¿Qué es el hombre para que tanto lo aprecies, para que fijes en él tu atención,
Éxodo 7:23 - Biblia Castilian 2003 El Faraón se volvió y entró en su casa, sin prestar atención tampoco a esto. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto. Biblia Nueva Traducción Viviente El faraón regresó a su palacio y no le prestó más atención al asunto. Biblia Católica (Latinoamericana) Faraón volvió a su casa como si no hubiera ocurrido nada importante. La Biblia Textual 3a Edicion Regresó Faraón y fue a su casa, y tampoco prestó atención° a eso. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El Faraón se volvió y entró en su casa, sin prestar atención tampoco a esto. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tornando Faraón se volvió a su casa, y no puso su corazón tampoco en esto. |
¿Qué es el hombre para que tanto lo aprecies, para que fijes en él tu atención,
Puro viento son los hijos de los hombres, enga o los mortales; en balanza, todos juntos, subir an como un soplo.
Pero los magos de Egipto hicieron otro tanto con sus encantamientos. Por eso, el corazón del Faraón se endureció, y no quiso escuchar a Moisés y Aarón, tal y como hab a predicho Yahveh.
Todos los egipcios cavaron en las orillas del r o en busca de agua potable, porque no pod an beber de las aguas del Nilo.
Los siervos del Faraón que tem an a Yahveh dieron refugio en sus casas a sus siervos y ganados;
pero los que no prestaron o dos a la palabra de Yahveh dejaron a sus siervos y a sus ganados en el campo.
Palabras de los sabios. Presta atención y escucha mis palabras, aplica tu corazón a mi doctrina:
Feliz el hombre que siempre abriga temor; quien endurece su corazón caerá en la desgracia.
Quien ante los reproches se rebela será aniquilado de repente y sin remedio.
Yahveh, tu mano está alzada, pero ellos no la ven. ¡Vean, avergonzados, tu celo por el pueblo; el fuego devore a tus enemigos!
Dijiste: 'Siempre seré soberana, por siempre jamás'. No consideraste estas cosas, no recordaste su desenlace.
El rey y todos sus servidores, que hab an o do todas aquellas palabras, no se asustaron ni rasgaron sus vestiduras.
Yahveh, ¿no buscan tus ojos la verdad? Los has golpeado y no se han dolido; los has consumido, y no quisieron aprender la lección. Tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.
Aquel hombre me dijo: 'Hijo de hombre, mira y escucha atentamente y f jate bien en todo lo que te voy a mostrar, porque para hacértelo ver has sido tra do aqu. Comunica a la casa de Israel todo lo que veas'.
Mirad a las naciones y observad, asombraos y pasmaos, porque yo haré en vuestros d as una cosa que no la creer ais si os la contaran.
Si no escucháis y no hacéis la intención firme de dar gloria a mi nombre - dice Yahveh Sebaot -, lanzaré contra vosotros la maldición y maldeciré vuestras bendiciones. Las maldeciré porque ninguno de vosotros lo hacéis de corazón.
les dijo: 'Poned en vuestros corazones todas las palabras que yo repito hoy como testimonio contra vosotros; dad orden a vuestros hijos, para que cuiden de poner en práctica todas las palabras de esta ley.
Estando para morir, le dec an las mujeres que la asist an: '¡Ánimo, que has dado a luz un hijo!'. Pero ella no respondió ni prestó atención.