que ante ti se haga valer como el incienso mi plegaria, mi manos levantadas como la ofrenda de la tarde.
Éxodo 37:29 - Biblia Castilian 2003 Preparó también el óleo de la unción santa y el incienso aromático puro, según el arte de la perfumer a. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Hizo asimismo el aceite santo de la unción, y el incienso puro, aromático, según el arte del perfumador. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego elaboró el aceite sagrado de la unción y el incienso aromático con la misma técnica que emplea un experto fabricante de incienso. Biblia Católica (Latinoamericana) Hizo el óleo de la consagración y el incienso aromático, obra de perfumista. La Biblia Textual 3a Edicion Hizo asimismo el aceite sagrado de la unción, y el incienso aromático puro, obra de perfumista. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Preparó también el óleo de la unción santa y el incienso aromático puro, según el arte de la perfumería. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hizo asimismo el aceite santo de la unción, y el incienso puro de especias aromáticas, obra de perfumista. |
que ante ti se haga valer como el incienso mi plegaria, mi manos levantadas como la ofrenda de la tarde.
Enfrente al opresor, me aderezas tú un banquete; con aceite me unges la cabeza, y mi copa rebosa.
Ah están, si no, tus enemigos, ah tus enemigos pereciendo, los fautores del mal en dispersión.
Una mosca muerta echa a perder el ungüento del perfumista. Un poco de necedad pesa más que la sabidur a y la gloria.
Reposará sobre él el esp ritu de Yahveh, esp ritu de sabidur a y de inteligencia, esp ritu de consejo y de fortaleza, esp ritu de ciencia y de temor de Yahveh.
El esp ritu de Yahveh está sobre m, pues Yahveh me ha ungido. Para dar la buena nueva a los humildes me envió, para vendar los corazones quebrantados, para proclamar a los cautivos libertad, a los prisioneros amnist a,
para alegrar a los enlutados de Sión; para darles corona en vez de ceniza, óleo de alegr a en vez de luto, canto de alabanza en vez de apocamiento. Se les llamará terebintos de justicia, plantación de Yahveh para gloria suya.
Porque aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios; pues no da el Esp ritu con cicater a.
Cristo, en los d as de su vida mortal, presentó, a gritos y con lágrimas, oraciones y súplicas al que pod a salvarlo de la muerte, y fue escuchado en atención a su piedad reverencial.
De ah que definitivamente pueda salvar a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder a favor de ellos.
Vosotros, en cambio, tenéis unción recibida del Santo, y todos tenéis conocimiento.
En cuanto a vosotros, la unción que de él recibisteis permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os ense e. Y dado que su unción os ense a todas las cosas - y es verdad y no mentira -, permaneced en él tal como él os ha ense ado.