Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Éxodo 33:3 - Biblia Castilian 2003

y te introduciré en la tierra que mana leche y miel. Pero no subiré contigo, no sea que acabe contigo en el camino, pues eres un pueblo de dura cerviz'.

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

(a la tierra que fluye leche y miel); pero yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

Suban a la tierra donde fluyen la leche y la miel. Sin embargo, yo no los acompañaré, porque son un pueblo terco y rebelde. Si lo hiciera, seguramente los destruiría en el camino».

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero no subiré con ustedes a esa tierra que mana leche y miel, no sea que los destruya en el camino, por ser un pueblo rebelde.

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

a una tierra que fluye leche y miel, porque no subiré en medio de ti, no sea que te consuma en el camino, pues eres un pueblo de dura cerviz.°

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

y te introduciré en la tierra que mana leche y miel. Pero no subiré contigo, no sea que acabe contigo en el camino, pues eres un pueblo de dura cerviz'.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

(A la tierra que fluye leche y miel); porque yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Éxodo 33:3
33 Referans Kwoze  

Pero ellos no les prestaron atención, sino que endurecieron su cerviz como hab an hecho sus antepasados, que no quisieron creer en Yahveh, su Dios.


As no serán como sus padres, gente rebelde y sediciosa, raza sin ánimo seguro y de esp ritu infiel ante su Dios.


Cuando Yahveh te introduzca en la tierra de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los jiveos y de los jebuseos, la tierra que mana leche y miel que juró a tus padres que hab a de darte, guardarás en este mes el siguiente rito:


Acátalo y escucha su voz. No te rebeles contra él, pues en él está mi nombre y no perdonará vuestras transgresiones.


y he dicho: yo os subiré de la humillación de Egipto a la tierra de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizeos, de los jiveos y de los jebuseos, a un pa s que mana leche y miel'.


He bajado para liberarlo de la mano de los egipcios y subirlo de ese pa s a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar donde viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los perizeos, los jiveos y los jebuseos.


Yahveh renunció entonces al castigo con que hab a amenazado a su pueblo.


Dijo Yahveh a Moisés: 'Di a los israelitas. Sois un pueblo de dura cerviz. Si yo subiera, aunque fuera por un momento, con vosotros, os exterminar a. Ahora, pues, qu tate las galas de encima y ya sabré yo lo que debo hacer contigo'.


Y dijo: 'Ahora, mi Se or, si gozo de tu favor, d gnese mi Se or caminar con nosotros. Ciertamente, éste es un pueblo de dura cerviz, pero tú perdonarás nuestras faltas, nuestros pecados, y harás de nosotros tu heredad'.


Porque sab a que eres obstinado, que un tendón de hierro es tu cuello, y tu frente de bronce,


para cumplir el juramento que hice a vuestros padres de darles un pa s que mana leche y miel, como sucede hoy'. Yo respond y dije: '¡Amén, Yahveh!'.


Aquel d a, con la mano en alto les juré sacarlos del pa s de Egipto hacia una tierra que yo mismo hab a explorado, un pa s que mana leche y miel, el más espléndido de todos los pa ses.


Yo os he dicho: 'Vosotros poseeréis su tierra, y os la doy para que toméis posesión de ella. Es una tierra que mana leche y miel'. Yo soy Yahveh, vuestro Dios, el que os he separado de los otros pueblos.


Al ver Dios lo que hac an y cómo se hab an convertido de su mala conducta, se arrepintió del mal con que los hab a amenazado y no lo ejecutó.


Jonás se fue adentrando en la ciudad y caminó por sus calles durante un d a proclamando a grandes voces: 'Dentro de cuarenta d as, N nive será destruida'.


Éste fue su relato: 'Llegamos a la tierra adonde nos mandaste; realmente mana leche y miel, y éstos son sus frutos.


Voy a herirlo de peste y a destruirlo y haré de ti una nación más grande y poderosa que él'.


Si Yahveh nos es favorable, él nos conducirá a esa tierra y nos la entregará; es tierra que mana leche y miel.


¿Es poco habernos sacado de un pa s que manaba leche y miel para hacernos morir en el desierto, que todav a quieres erigirte sobre nosotros en jefe?


'Apartaos de esta comunidad, porque voy a exterminarla en un instante'.


¡Gente de dura cerviz e incircuncisos de corazón y de o dos! Siempre estáis resistiendo al Esp ritu Santo. Como vuestros padres, igual vosotros.


Porque Yahveh, tu Dios, es fuego devorador, Dios celoso.


Los israelitas hab an estado caminando por el desierto durante cuarenta a os, hasta que se extinguió toda la generación, la de los hombres aptos para la guerra salidos de Egipto, que no hab an obedecido la voz de Yahveh, a los que Yahveh juró que no hab an de ver la tierra que, según hab a prometido a sus antepasados, Yahveh nos iba a dar, la tierra que mana leche y miel.


Por eso, éste es el oráculo de Yahveh, Dios de Israel: yo hab a dicho que tu casa y la casa de tu padre caminar an en mi presencia por siempre. Pero ahora - oráculo de Yahveh -, ¡lejos de m tal cosa! Porque yo honro a los que me honran y desprecio a los que me desprecian.