Después el rey se volvió para bendecir a toda la asamblea de Israel, que estaba de pie,
Éxodo 33:10 - Biblia Castilian 2003 Cuando ve an que la columna de nube se paraba a la entrada de la tienda, todo el pueblo se levantaba y se postraba, cada cual a la entrada de su propia tienda. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y viendo todo el pueblo la columna de nube que estaba a la puerta del tabernáculo, se levantaba cada uno a la puerta de su tienda y adoraba. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando el pueblo notaba que la nube se detenía a la entrada de la carpa, cada persona se paraba a la entrada de su propia carpa y se inclinaba. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando el pueblo veía la nube parada junto a la entrada de la Tienda, todos se ponían de pie y luego se postraban cada uno ante su carpa. La Biblia Textual 3a Edicion Y todo el pueblo veía la columna de nube detenida en la entrada de la Tienda, y todo el pueblo se levantaba y se postraba, cada uno a la entrada de su propia tienda. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando veían que la columna de nube se paraba a la entrada de la tienda, todo el pueblo se levantaba y se postraba, cada cual a la entrada de su propia tienda. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y todo el pueblo miraba la columna de nube, que estaba a la puerta del tabernáculo, y todo el pueblo se levantaba, cada uno a la puerta de su tienda, y adoraba. |
Después el rey se volvió para bendecir a toda la asamblea de Israel, que estaba de pie,
Luego Salomón se puso ante el altar de Yahveh, en presencia de toda la asamblea de Israel, y levantando sus manos extendidas al cielo,
Yahveh iba delante de ellos: de d a en columna de nube, para guiarlos por el camino; y de noche en columna de fuego, para alumbrarlos, a fin de que pudieran caminar de d a y de noche.
Yahveh hablaba a Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo. Después Moisés volv a al campamento, pero su ayudante, el joven Josué, hijo de Nun, no se apartaba del interior de la tienda.
En el momento en que entraba Moisés en la tienda, descend a la columna de nube y se posaba a la entrada de la tienda, y Yahveh conversaba con Moisés.
El pueblo creyó y, al tener noticia de que Yahveh hab a visitado a los israelitas y hab a visto su humillación, se postraron y lo adoraron.
En cambio, el publicano se quedó a distancia y ni siquiera se atrev a a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: '¡Oh Dios! Ten misericordia de m, que soy pecador'.