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Éxodo 23:31 - Biblia Castilian 2003

Fijaré tus confines desde el mar de los Juncos hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el R o. Pondré en tu mano a los habitantes del pa s y los arrojaré de tu presencia.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Y fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Éufrates; porque pondré en tus manos a los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Y estableceré los límites de tu territorio desde el mar Rojo hasta el mar Mediterráneo, y desde el desierto oriental hasta el río Éufrates. Entregaré en tus manos a los pueblos que ahora viven en esa tierra, y tú los expulsarás de tu paso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Fijaré tus fronteras desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos (Mediterráneo) y desde el desierto hasta el río Eufrates. Pondré en tus manos a los que ocupan el país y tú los echarás fuera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y estableceré tu frontera desde el Mar Rojo hasta el Mar de los Filisteos,° y desde el desierto hasta el Río,° porque entregaré en vuestras manos a los moradores de la tierra y tú los expulsarás de tu presencia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Fijaré tus confines desde el mar de los Juncos hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el Río. Pondré en tu mano a los habitantes del país y los arrojaré de tu presencia.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y yo fijaré tu término desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta el río: porque pondré en vuestras manos los moradores de la tierra, y tú los echarás de delante de ti.

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Lòt tradiksyon



Éxodo 23:31
37 Referans Kwoze  

En aquel d a hizo Yahveh alianza con Abrán, diciéndole: 'A tu posteridad entrego yo esta tierra desde el torrente de Egipto hasta el gran r o, el r o Éufrates:


pertenecientes a aquellas naciones acerca de las cuales hab a dicho Yahveh a los israelitas: 'No os unáis a ellas, ni ellas se unirán a vosotros, pues de seguro arrastrarán vuestro corazón tras de sus dioses'. Pero Salomón se un a a ellas por amor.


Pero he aqu que un profeta se acercó a Ajab, rey de Israel, y le dijo: 'As habla Yahveh: ¿ves toda esa gran muchedumbre? Pues mira: hoy te la entrego en tus manos, y as sabrás que yo soy Yahveh'.


En aquella ocasión, Salomón, acompa ado de todo Israel, reunido en magna asamblea de un gent o inmenso que ven a desde la entrada de Jamat hasta el torrente de Egipto, celebró la fiesta ante Yahveh nuestro Dios durante siete d as.


Dominaba sobre todos los reyes, desde el Éufrates hasta el pa s de los filisteos y hasta la frontera de Egipto.


Desde un mar a otro mar dominará, desde el r o hasta el extremo de la tierra.


Pero Yahveh dijo a Moisés: 'No le temas, que en tu mano lo he entregado, con todo su pueblo y su tierra; y harás con él como hiciste con Sijón, rey de los amorreos, que habitaba en Jesbón'.


'Da esta orden a los israelitas: cuando entréis en la tierra de Canaán, éste será el territorio que os tocará en herencia: el pa s de Canaán en toda su extensión.


Poneos en marcha, levantad el campamento y entrad en la monta a de los amorreos y en todas sus cercan as, en la Arabá, en la Monta a, en la Sefelá, en el Negueb, en el litoral, en tierra de cananeos, y en el L bano, hasta el r o grande, el Éufrates.


Mirad: he puesto ese pa s delante de vosotros. Id y tomad posesión de la tierra que a vuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob juró Yahveh darles, a ellos y a su descendencia después de ellos'.


Todo lugar que pise la planta de vuestros pies será vuestro: desde el desierto al L bano, y desde el r o, el Éufrates, hasta el mar occidental se extenderán vuestras fronteras.


Pero Yahveh, nuestro Dios, nos lo entregó, y lo derrotamos, a él, a sus hijos y a todo su ejército.


Desde Aroer, a orillas del torrente Arnón, y desde la ciudad que da sobre el torrente mismo, hasta Galaad, no hubo ciudad que nos pudiera resistir. Yahveh, nuestro Dios, nos las entregó todas.


Pero en las ciudades de estos pueblos cercanos que Yahveh, tu Dios, te va a dar en posesión, no dejarás nada con vida.


Pero Yahveh me dijo: 'No le temas, porque yo lo he entregado en tus manos, a él, a todo su pueblo y todo su territorio. Haz con él lo mismo que hiciste con Sijón, rey de los amorreos, que habitaba en Jesbón'.


arrojando de delante de ti a todos tus enemigos, como te dijo Yahveh.


Pero hoy mismo sabrás que es Yahveh, tu Dios, quien pasará delante de ti como fuego devorador; los destruirá y subyugará delante de ti, para que los despojes y aniquiles con rapidez, como te ordenó Yahveh.


Desde el desierto y el L bano hasta el gran r o, el Éufrates, todo el pa s de los hititas, y hasta el mar Grande, al poniente, será vuestro territorio.


pero vosotros no os paréis: seguid persiguiendo a vuestros enemigos, atacadles por la espalda, no los dejéis entrar en sus ciudades, pues Yahveh, vuestro Dios, los va a entregar en vuestras manos'.


Yahveh dijo a Josué: 'No los temas, porque te los voy a entregar entu mano; ninguno de ellos te podrá hacer frente'.


A todos los habitantes de la monta a, desde el L bano hasta Misrefot Máin, a todos los sidonios, los expulsaré yo de delante de los israelitas. Tú distribuye este territorio por suertes a Israel, como te he ordenado.


Dijeron, pues, a Josué: 'Ciertamente Yahveh entrega en nuestras manos todo ese pa s, pues todos los moradores están temblando ante nuestra presencia'.


Además, Yahveh les concedió tranquilidad en derredor, conforme a todo lo que hab a jurado a sus antepasados. Ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente, pues Yahveh entregó en sus manos a todos sus enemigos.


Yo, por mi parte, estoy a punto de emprender el camino de todos los hombres; pero reconoced con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que no ha dejado de cumplirse ni una sola de cuantas buenas promesas os hizo Yahveh, vuestro Dios: todas se han cumplido en favor vuestro, ninguna de ellas ha fallado.


Después, habiendo atravesado el Jordán, llegasteis a Jericó. Pelearon contra vosotros los due os de Jericó, as como los amorreos, los perizeos, los cananeos, los hititas, los guirgaseos, los jiveos y los jebuseos; pero yo los entregué en vuestras manos.


Envié delante de vosotros el pánico, que expulsó, ya antes de que llegarais, a los dos reyes amorreos. No fue debido a tu espada ni a tu arco.


Además, Yahveh expulsó de delante de nosotros a todos los pueblos, as como a los amorreos que habitaban en el pa s. También nosotros serviremos a Yahveh, porque él es nuestro Dios'.


Os he introducido en el pa s de los amorreos que habitaban al otro lado del Jordán. Os combatieron, pero yo los entregué en vuestras manos, y vosotros habéis ocupado su territorio, porque yo los exterminaba delante de vosotros.


Entonces dijo Yahveh a Josué: 'Tiende hacia Ay el dardo que tienes en tu mano, porque en tu mano te la voy a entregar'. Tendió Josué el dardo que ten a en su mano hacia la ciudad


Mientras nosotros retrocedemos, vosotros saldréis de la emboscada y os apoderaréis de la ciudad, pues Yahveh, vuestro Dios, la ha entregado en vuestras manos.


Replicaron los israelitas a los jiveos: 'Quizá vosotros habitáis cerca de nosotros. ¿Cómo podemos pactar una alianza con vosotros?'.


Subió, pues, Judá. Yahveh entregó en sus manos a los cananeos y a los perizeos, y derrotaron en Bézec a diez mil hombres.


Pero Yahveh, Dios de Israel, entregó a Sijón y a todo su ejército en manos de Israel, que los derrotó, e Israel se apoderó de toda la tierra de los amorreos que habitaban en aquella región


David consultó de nuevo a Yahveh, y Yahveh le respondió: 'Parte y baja a Queilá, porque yo voy a entregar a los filisteos en tus manos'.