Después Abrahán expiró y murió en buena vejez, anciano y lleno de d as, y fue a reunirse con sus antepasados.
Éxodo 23:26 - Biblia Castilian 2003 No habrá en tu tierra mujer que aborte ni que sea estéril. Y colmaré el número de tus d as. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo completaré el número de tus días. Biblia Nueva Traducción Viviente No habrá en tu tierra ninguna mujer que pierda su embarazo o sea estéril; te daré una vida larga y plena. Biblia Católica (Latinoamericana) No habrá en tu país mujer que aborte o sea estéril; y prolongaré los días de tu vida. La Biblia Textual 3a Edicion No habrá en tu tierra mujer que aborte, ni estéril, y haré que el número de tus días sea completado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No habrá en tu tierra mujer que aborte ni que sea estéril. Y colmaré el número de tus días. Biblia Reina Valera Gómez (2023) No habrá mujer que aborte, ni estéril en tu tierra; y yo cumpliré el número de tus días. |
Después Abrahán expiró y murió en buena vejez, anciano y lleno de d as, y fue a reunirse con sus antepasados.
Después Isaac expiró; murió y fue a reunirse con su pueblo. Era ya viejo y lleno de d as. Esaú y Jacob, sus hijos, lo sepultaron.
David era ya anciano y colmado de d as cuando proclamó a su hijo Salomón rey sobre Israel.
Nuestros hórreos repletos, abastecidos de todas las cosechas; nuestras reses creciendo por millares, por mir adas, en medio de los campos;
Abandona tu suerte en el Se or y él te sustentará: él no deja jamás al justo perecer.
Nuestra vida es setenta a os, ochenta a os la vida de los fuertes: casi todos en afanes y miseria, pues rápido se pasan y nosotros nos volamos.
No habrá más all ni o que dure pocos d as ni viejo que no colme sus a os: porque el más joven de cien a os morirá, y a quien falle antes de los cien a os se le tendrá por maldito.
Bendito el fruto de tu vientre, el de tu suelo y el de tu ganado, los partos de tus vacas y las cr as de tus ovejas.
Guardarás, pues, sus preceptos y sus mandamientos, que hoy yo te prescribo, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y para que se alarguen los d as de tu permanencia sobre el suelo que Yahveh, tu Dios, te da para siempre.
Bendito serás más que todos los pueblos. No habrá en ti ni hombre ni mujer estériles, ni tampoco en tus ganados.