Yo haré de ti una nación grande; te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y tú mismo serás bendición.
Éxodo 20:24 - Biblia Castilian 2003 Me levantarás un altar de tierra y ofrecerás en él tus holocaustos y sacrificios de comunión, tu ganado menor y mayor. En todo lugar donde yo conmemore mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. Biblia Nueva Traducción Viviente »”Háganme un altar de tierra y ofrézcanme sus sacrificios: sus ofrendas quemadas y ofrendas de paz, sus ovejas y cabras y su ganado. Constrúyanme un altar donde yo determine que recuerden mi nombre, y allí me presentaré ante ustedes y los bendeciré. Biblia Católica (Latinoamericana) A mí me harás un altar de tierra y sobre él ofrecerás tus sacrificios de comunión, tus ovejas y vacas; vendré a ti y te bendeciré en todo lugar en que yo haya revelado mi Nombre. La Biblia Textual 3a Edicion Para mí, harás un altar de tierra y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tu rebaño y tu ganado. En todo lugar donde Yo haga recordar mi Nombre, vendré a ti y te bendeciré. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Me levantarás un altar de tierra y ofrecerás en él tus holocaustos y sacrificios de comunión, tu ganado menor y mayor. En todo lugar donde yo conmemore mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas: en cualquier lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti, y te bendeciré. |
Yo haré de ti una nación grande; te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y tú mismo serás bendición.
Se lo anunciaron al rey David, diciéndole: 'Yahveh ha bendecido la casa de Obededón y todo lo suyo a causa del arca de Dios'. Fue entonces David y trasladó el arca de Dios desde la casa de Obededón a la ciudad de David en medio de un gran júbilo.
que tus ojos permanezcan abiertos d a y noche sobre este templo, sobre este lugar del que dijiste: 'All estará mi nombre', y atiende la plegaria que tu siervo te dirige en este lugar.
escúchalo tú desde el cielo, lugar de tu morada, y haz todo cuanto ese extranjero te pida, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre y te teman, lo mismo que te teme tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado en este templo que acabo de edificar.
Le dijo Yahveh: 'He escuchado la oración y la súplica que me has dirigido, por lo que he santificado este templo que acabas de construir y asentaré en él mi nombre para siempre, de suerte que mis ojos y mi corazón estarán siempre aqu.
Dijo entonces Naamán: 'Bien. Pero al menos concédase a tu siervo tierra de ésta, la carga de un par de mulos, porque tu siervo ya no ofrecerá holocaustos y sacrificios a otro Dios que a Yahveh.
El rey Roboán se consolidó en Jerusalén y siguió reinando. Cuarenta y un a os ten a Roboán cuando fue proclamado rey, y reinó diecisiete a os en Jerusalén, la ciudad que hab a elegido Yahveh de entre todas las tribus de Israel para poner en ella su nombre. Su madre se llamaba Naamá y era amonita.
Pero ahora elijo a Jerusalén, para que aqu esté mi nombre; y elijo a David para que esté al frente de mi pueblo Israel.'
pues ahora he elegido y santificado este templo para que mi nombre more en él por siempre, y mis ojos y mi corazón estarán en él todos los d as.
El Dios que ha puesto all la morada de su nombre derribe a todo rey y a todo pueblo que extienda su mano para infringir este decreto o para destruir ese templo de Dios que está en Jerusalén. Yo, Dar o, he promulgado este edicto. ¡Que sea cumplido puntualmente!'.
pero, si os convert s a m, guardáis mis mandamientos y los ponéis por obra, aun cuando vuestros desterrados estuvieran en el extremo del cielo, de all los reuniré y los traeré al lugar que eleg para morada de mi nombre'.
Haré por comprender la causa justa, cuando ante m viniere; procederé con noble corazón en medio de mi casa.
Que el Se or te bendiga desde Sión, que contemples en bien Jerusalén todos los d as de tu vida,
Han entregado al fuego el santuario y profanan por el suelo la mansión de tu nombre.
Dijo Moisés: 'Tienes que dejarnos llevar las v ctimas para los sacrificios y holocaustos que hemos de ofrecer a Yahveh, nuestro Dios.
Después Yetró, suegro de Moisés, ofreció un holocausto y sacrificios a Dios. Vino Aarón, y con él todos los ancianos de Israel, para tomar parte en la comida con el suegro de Moisés en presencia de Dios.
Si me eriges un altar de piedra, no lo construirás con piedras labradas, porque, al dar con tu cincel en la piedra, la profanas.
Moisés escribió todas las palabras de Yahveh y, levantándose de madrugada, alzó al pie de la monta a un altar y doce estelas, por las doce tribus de Israel.
Después encargó a algunos jóvenes israelitas que ofrecieran holocaustos e inmolaran novillos como sacrificios de comunión a Yahveh.
'Harás el altar de madera de acacia, de cinco codos de largo y cinco de ancho, cuadrado, y tres codos de alto.
Éramos impuros todos nosotros, como ropa sucia nuestras obras justas. Como hojarasca nos marchitamos todos nosotros, nuestras culpas nos arrastran como el viento.
y no lo lleve a la entrada de la tienda del encuentro para ofrecerlo a Yahveh, será eliminado de su pueblo'.
Porque desde el lugar por donde sale el sol hasta el lugar de su ocaso, mi nombre es grande entre las naciones; y en todo lugar, un sacrificio humeante, una oblación pura, se ofrece a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones - dice Yahveh Sebaot -.
Porque donde están dos o tres congregados para invocar mi nombre, all estoy yo entre ellos'.
y ense ándoles a observar todo cuanto yo os he mandado. Y mirad: yo estoy con vosotros todos los d as hasta el final de los tiempos'.
entonces, llevaréis al lugar elegido por Yahveh, vuestro Dios, para que en él more su nombre, todo lo que ahora yo os prescribo: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y las ofrendas balanceadas de vuestras manos, y todo lo más selecto de cuanto hayáis prometido con voto a Yahveh.
Si el lugar escogido por Yahveh, tu Dios, para poner en él su nombre te queda demasiado lejos, podrás matar reses de tu ganado mayor y menor que Yahveh te ha dado siguiendo las normas prescritas y lo podrás comer dentro de tus ciudades a la medida de tus deseos.
sino que frecuentaréis el lugar que Yahveh, vuestro Dios, elija entre todas vuestras tribus para poner en él su nombre y su morada; es all adonde habrás de ir.
y delante de Yahveh, tu Dios, en el lugar que él haya escogido para que more all su nombre, comerás el diezmo de tu trigo, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tu ganado mayor o menor, para que aprendas a temer siempre a Yahveh, tu Dios.
Te alegrarás en presencia de Yahveh, tu Dios, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo, tu sierva y el levita que habite dentro de tus ciudades, el extranjero, el huérfano y la viuda que habiten en medio de ti, en el lugar que habrá escogido Yahveh, tu Dios, para que more all su nombre.
tomarás de las primicias de todos los frutos del suelo que coseches en la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar, los meterás en una cesta e irás al lugar que Yahveh, tu Dios, haya elegido para que more en él su nombre.
te amará, te bendecirá y te multiplicará; bendecirá el fruto de tu vientre y los productos de tu suelo: tu trigo, tu mosto, tu aceite, las cr as de tus vacadas y la fecundidad de tus reba os, en la tierra que a tus padres juró darte.
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar levantando sus manos piadosas, sin ira ni altercados.