Moisés y Aarón entre sus sacerdotes, y Samuel con los que invocan su nombre. Invocaban al Se or, y él les respond a:
Éxodo 17:4 - Biblia Castilian 2003 Moisés clamó a Yahveh, diciendo: '¿Qué haré yo con este pueblo? ¡Poco falta para que me apedreen!'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Moisés clamó al Señor: —¿Qué hago con este pueblo? ¡Están a punto de apedrearme! Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces Moisés llamó a Yavé y le dijo: '¿Qué puedo hacer con este pueblo?; por poco me apedrean. La Biblia Textual 3a Edicion Y clamó Moisés a YHVH, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? Un poco más y me apedrean. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Moisés clamó a Yahveh, diciendo: '¿Qué haré yo con este pueblo? ¡Poco falta para que me apedreen!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. |
Moisés y Aarón entre sus sacerdotes, y Samuel con los que invocan su nombre. Invocaban al Se or, y él les respond a:
Yahveh dijo a Moisés: '¿Por qué clamas a m ? Di a los israelitas que se pongan en marcha.
Entonces Moisés clamó a Yahveh y Yahveh le mostró un madero que él echó en el agua. Y el agua se volvió dulce. All dio Yahveh al pueblo una ley y un derecho, y all lo puso a prueba.
y dijo a Yahveh: '¿Por qué has tratado tan mal a tu siervo? ¿Por qué no gozo de tu favor, sino que echas sobre m la carga de todo este pueblo?
Cuando toda la comunidad hablaba de lapidarlos, apareció la gloria de Yahveh a la vista de todos los israelitas en la tienda del encuentro.
Coré hab a congregado contra ellos a toda la comunidad a la entrada de la tienda del encuentro. Entonces apareció ante toda la comunidad la gloria de Yahveh.
Entonces tomaron piedras para lapidarle; pero Jesús se escondió y salió del templo.
Pero llegaron de Antioqu a e Iconio algunos jud os que persuadieron a la multitud y, después de apedrear a Pablo, lo arrastraron fuera de la ciudad, dándolo por muerto.
David se vio entonces en un grave aprieto, porque la gente hablaba de lapidarlo, ya que todos estaban llenos de amargura por sus hijos e hijas. Pero David cobró ánimos en Yahveh, su Dios.