Bib sou entènèt

Piblisite


Tout bib la Ansyen Testaman Nouvo Testaman




Éxodo 16:3 - Biblia Castilian 2003

Los israelitas les dec an: '¡Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahveh en tierra de Egipto, cuando nos sentábamos en torno a las ollas de carne y com amos pan en abundancia! ¡Nos habéis tra do a este desierto para matar de hambre a toda esta muchedumbre!'.

Gade chapit la
Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.

Gade chapit la

Biblia Nueva Traducción Viviente

«¡Si tan solo el Señor nos hubiera matado en Egipto! —protestaban—. Allá nos sentábamos junto a las ollas llenas de carne y comíamos todo el pan que se nos antojaba; pero ahora tú nos has traído a este desierto para matarnos de hambre».

Gade chapit la

Biblia Católica (Latinoamericana)

Les decían: '¡Ojalá Yavé nos hubiera hecho morir en Egipto! Allí nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan en abundancia. Ustedes, en cambio, nos han traído a este desierto en que todo ese gentío morirá de hambre.

Gade chapit la

La Biblia Textual 3a Edicion

Y les decían los hijos de Israel: ¡Ojalá hubiéramos muerto por mano de YHVH en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne, cuando comíamos pan a saciedad! ¡Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud!

Gade chapit la

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Los israelitas les decían: '¡Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahveh en tierra de Egipto, cuando nos sentábamos en torno a las ollas de carne y comíamos pan en abundancia! ¡Nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta muchedumbre!'.

Gade chapit la

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y les decían los hijos de Israel: Mejor hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de las carnes, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto, para matar de hambre a toda esta multitud.

Gade chapit la
Lòt tradiksyon



Éxodo 16:3
32 Referans Kwoze  

Por fin, Job abrió su boca y maldijo el d a de su nacimiento


Porque no me cerró las puertas del vientre para ocultar a mis ojos los dolores.


¿Por qué dar la luz a un desgraciado, dar vida a quien la pasa en amargura,


Hambrientos y sedientos, su valor ya se encog a.


Hablaban contra Dios y se dec an: '¿Es, acaso, Dios capaz de servir una mesa en el desierto?'.


Comió el hombre pan de fuertes, y tuvieron sustento a saciedad.


Dijeron entonces a Moisés: '¿Es que no hab a bastantes sepulcros en Egipto, para que nos hayas tra do a morir en el desierto? ¿Por qué hiciste con nosotros esto, el sacarnos de Egipto?


Pero el pueblo ten a una sed ardiente y murmuró contra Moisés, diciendo: '¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?'.


Sucedió que, durante este largo periodo, murió el rey de Egipto. Los israelitas segu an lamentándose de su servidumbre y clamando, y su grito de socorro, salido del fondo de su esclavitud, llegó a Dios.


les dijeron: 'Que Yahveh os mire y juzgue. Nos habéis hecho odiosos al Faraón y a sus servidores, y habéis puesto la espada en sus manos para que nos maten'.


Ni siquiera preguntaron: '¿Dónde está Yahveh, que nos sacó del pa s de Egipto y nos condujo por el desierto, tierra esteparia y agrietada, tierra seca y tenebrosa, tierra por donde nadie pasa y donde ningún hombre mora?'.


diciendo: ¡No!, sino que nos iremos al pa s de Egipto, donde no veremos más guerra, ni oiremos la voz de la trompeta, ni tendremos hambre de pan y all nos quedaremos,


antes al contrario, estamos decididos a cumplir todas esas palabras que han salido de nuestra boca, a saber: incensar a la Reina de los Cielos y ofrecerle libaciones, como hac amos nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros pr ncipes, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, pues entonces nos hartábamos de pan, éramos felices y no ve amos desgracia alguna.


Más dichosos fueron los muertos a espada Tet que los muertos de hambre, que se consumen extenuados, por falta de alimento.


Si también en adelante vas a tratarme as, prefiero que me env es la muerte, si en algo me estimas, y as no veré ya mi desventura'.


sino un mes entero: hasta que os salga por las narices y os dé asco, por haber menospreciado a Yahveh, que está en medio de vosotros, y por haberos lamentado ante él, diciendo: '¿Por qué hemos salido de Egipto?''.


Todos los israelitas murmuraron contra Moisés y Aarón, y la comunidad entera les dijo: '¡Ah, si hubiéramos muerto en tierra de Egipto, o si muriéramos al menos en este desierto!


¿Por qué Yahveh nos quiere llevar a esa tierra, para que caigamos a espada, y que nuestras mujeres y nuestros peque os formen parte del bot n? ¿No ser a mejor para nosotros volver a Egipto?'.


¿Es poco habernos sacado de un pa s que manaba leche y miel para hacernos morir en el desierto, que todav a quieres erigirte sobre nosotros en jefe?


y habló contra Dios y contra Moisés diciendo: '¿Por qué nos sacaste de Egipto, para hacernos morir en el desierto? No hay aqu pan ni agua; y estamos ya cansados de este alimento sin sustancia'.


Y Pablo: 'Pluguiera a Dios que, por poco o por mucho, no sólo tú, sino todos los que hoy me escuchan, se volvieran como yo; aunque sin estas cadenas'.


Ya os sent s saciados. Ya os habéis hecho ricos. Ya habéis logrado el reino sin nosotros. ¡Ojalá fuera verdad que hubierais logrado el reino, para que también nosotros lo compartiéramos con vosotros!


¡Ojalá me toleréis un poco de insensatez! S, tolerádmela.


Por la ma ana dirás: '¡Oh, si fuese ya de noche!', y por la noche exclamarás: '¡Oh, si fuese ya de d a!', por el terror que invadirá tu corazón y por el espectáculo que verán tus ojos.


Te humilló, te hizo pasar hambre, te dio a comer el maná, que no conoc as ni hab an conocido tus padres, para que aprendieras que no sólo de pan vive el hombre sino que vive también de cuanto sale de la boca de Yahveh.


Dec a Josué: '¡Ay, Se or m o, Yahveh! ¿Por qué has hecho que este pueblo pasara a este lado del Jordán, para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos? ¡Ojalá hubiéramos decidido quedarnos al otro lado del Jordán!