Éxodo 15:7 - Biblia Castilian 2003 por la grandeza de tu gloria derribas a tus adversarios, desatas tu furor y los devora como paja. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti. Enviaste tu ira; los consumió como a hojarasca. Biblia Nueva Traducción Viviente Con la grandeza de tu majestad, derribas a los que se levantan contra ti. Desatas tu ardiente furia y los consume como a paja. Biblia Católica (Latinoamericana) Tu Gloria derriba a tus adversarios,
despachas tu furor y los devora como paja. La Biblia Textual 3a Edicion Con la grandeza de tu majestad, Derribas tus oponentes, Enviaste tu furor, Los tragó como a hojarasca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 por la grandeza de tu gloria derribas a tus adversarios, desatas tu furor y los devora como paja. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti: Enviaste tu furor; los consumió como a hojarasca. |
Bendigan el nombre del Se or, pues sólo su nombre es elevado: su majestad, sobre los cielos y la tierra.
Las palabras de sus labios son siempre pecado, son presa del orgullo, y perjurio y traición es lo que hablan.
Moisés extendió su mano sobre el mar y, al despuntar el d a, el mar volvió a su nivel. Los egipcios hu an de él, pero Yahveh precipitó a los egipcios en el mar.
Pero te he dejado con vida, para darte a conocer mi fuerza y para que mi nombre se divulgue sobre toda la tierra.
Inclina, oh Yahveh, tus o dos y escucha; abre, Yahveh, tus ojos y mira. Escucha todas las palabras que Senaquerib ha enviado para escarnio del Dios vivo.
¿A quién has escarnecido y ultrajado? ¿Contra quién elevaste la voz y alzaste, insolente, los ojos? ¡Contra el Santo de Israel!
Porque te has enfurecido contra m, porque tu insolencia ha llegado a mis o dos, pondré mi anillo en tus narices, mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino que trajiste.
Salió el ángel de Yahveh y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. Cuando se levantaron por la ma ana, vieron que no hab a más que cadáveres.
Y un d a, mientras estaba postrado en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos Adramélec y Saréser lo mataron a espada y huyeron al pa s de Ararat. Le sucedió en el trono su hijo Asaradón.
Mira: son como estopa, el fuego los consume; no salvarán su vida del poder de la llama. No son brasas para calentarse, lumbre ante la cual sentarse.
Pero Yahveh Sebaot es ensalzado en el juicio; el Dios santo se muestra santo en la justicia.
Por eso, cual la lengua de fuego devora el rastrojo y el heno se consume en la llama, su ra z se convertirá en podredumbre y su flor subirá como el polvo. Pues despreciaron la ley de Yahveh Sebaot, desde aron la palabra del Santo de Israel.
Nadie hay como tú, Yahveh; tú eres grande, y grande en potencia es tu nombre.
Ahora se reúnen contra ti naciones numerosas, que dicen: '¡Sea profanada, y nuestros ojos vean la ruina de Sión!'.
Saldrá entonces Yahveh y peleará contra aquellas naciones, como peleó en otro tiempo el d a de la batalla.
Aquel d a brotarán aguas vivas de Jerusalén: la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, lo mismo en verano que en invierno.
y le dijo: 'Corre y di a ese joven: Abierta ha de quedar Jerusalén por la cantidad de hombres y animales que albergará.
Tiene el bieldo en la mano y limpiará su era; recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará en un fuego que no se apaga.'
ca do en tierra, oyó una voz que le dec a: 'Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?'.
No hay nadie como el Dios de Yesurún: que sobre los cielos cabalga para ir en tu ayuda, y sobre las nubes, en su majestad.