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Éxodo 15:16 - Biblia Castilian 2003

Cayeron sobre ellos el terror y el pánico; enmudecieron como piedras ante el poder de tu brazo, hasta que tu pueblo pasó, ¡oh Yahveh!, hasta que pasó este pueblo que tú te has adquirido.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Caiga sobre ellos temblor y espanto; A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra; Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová, Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

terror y espanto caen sobre ellos. El poder de tu brazo los deja sin vida, como una piedra, hasta que tu pueblo haya pasado, oh Señor, hasta que haya pasado el pueblo que compraste.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

¡pavor y espanto cayó sobre ellos! Diste golpes, y quedan mudos como piedra hasta que pase tu pueblo, Yavé, hasta que pase el pueblo que compraste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Caiga sobre ellos terror y espanto, Por la grandeza de tu brazo. Enmudezcan como la piedra, Hasta que haya pasado tu pueblo, ¡oh YHVH! Hasta que haya pasado este pueblo° Que Tú adquiriste.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cayeron sobre ellos el terror y el pánico; enmudecieron como piedras ante el poder de tu brazo, hasta que tu pueblo pasó, ¡oh Yahveh!, hasta que pasó este pueblo que tú te has adquirido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Temor y espanto caerá sobre ellos; por la grandeza de tu brazo se quedarán quietos como una piedra; hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová, hasta que haya pasado este pueblo que tú compraste.

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Lòt tradiksyon



Éxodo 15:16
34 Referans Kwoze  

Levantaron después el campamento, y el terror divino invadió a las ciudades del contorno, de tal modo que no persiguieron a los hijos de Jacob.


Y por otra parte, ¿quién hay como tu pueblo, como Israel - nación única en la tierra -, al que Dios haya venido a rescatar para hacerlo su pueblo y darle renombre, para realizar en él portentos y maravillas arrojando a las gentes y sus dioses delante de tu pueblo que rescataste de Egipto para ti?


Egipto se alegró de su salida, pues el terror hab a ca do sobre ellos.


Acuérdate del grupo que adquiriste en otro tiempo, que redimiste como tribu de tu herencia y del monte Sión, en donde habitas.


Tienes brazo con denuedo de guerrero, tu mano es esforzada, tu diestra se levanta.


Pero contra los israelitas ni un perro ladrará ni contra los hombres ni contra los animales, para que sepáis que Yahveh distingue entre Egipto e Israel.


Guiaste con tu gracia al pueblo que rescataste, con poder lo has conducido a tu santa morada.


Los abismos los cubrieron como piedras cayeron al fondo.


Tu diestra, Yahveh, es fuerte y poderosa, tu diestra, Yahveh, aplasta al enemigo;


Moisés contó a su suegro todo lo que Yahveh hab a hecho al Faraón y a los egipcios en favor de Israel, todas las dificultades que hab an encontrado a lo largo del camino, y cómo Yahveh los hab a librado de ellas.


'Yo soy Yahveh, tu Dios, que te he sacado de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.


Enviaré un ángel delante ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te he preparado.


Si lo escuchas y haces cuanto yo te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios.


Enviaré mi terror delante de ti, pondré en fuga a todos los pueblos adonde llegues y haré que todos tus enemigos vuelvan la espalda delante de ti.


Yo os haré pueblo m o, y seré para vosotros vuestro Dios, y sabréis que yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os librará de las cargas de Egipto.


¿No fuiste tú quien secó el mar, las aguas del gran abismo, quien trazó un camino en las profundidades del mar para que pasaran los redimidos?


el que hizo caminar a la derecha de Moisés su brazo glorioso; el que hendió ante ellos las aguas, haciéndose un nombre eterno;


Pues Yahveh rescata a Jacob, lo libra de la mano de otro más fuerte.


Pasé junto a ti y te vi. Era tu edad, la edad de los amores. Tend entonces sobre ti el borde de mi manto y cubr tu desnudez; te hice juramento, contraje una alianza contigo - oráculo del Se or Yahveh - y fuiste m a.


Tened cuidado de vosotros mismos y de toda la grey, en la cual el Esp ritu Santo os ha constituido inspectores para pastorear la Iglesia de Dios que él se adquirió con su propia sangre.


Nadie podrá resistiros. Yahveh, vuestro Dios, sembrará el miedo y el terror sobre toda la faz de la tierra que hollaren vuestros pies, como os ha dicho.


Hoy mismo comienzo a extender el terror y el miedo de ti entre los pueblos que hay bajo el cielo; los que oigan hablar de ti temblarán y se estremecerán ante tu presencia'.


Ordena al pueblo: 'Vais a pasar por la frontera de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Se r. Ellos os temerán; pero guardaos


¿As pagas a Yahveh, pueblo necio e insensato? ¿No es él tu padre, el que te creó, el que te hizo y te dio consistencia?


la parte de Yahveh fue su pueblo, Jacob, la porción de su heredad.


el cual se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad y para purificarnos, haciendo de nosotros un pueblo que fuera su patrimonio, dedicado a buenas obras.


y les dijo: 'Ya sé yo que Yahveh os ha entregado el pa s, que el terror que inspiráis ha ca do sobre nosotros y que todos los moradores del pa s están temblando en presencia vuestra,


para que todos los pueblos de la tierra reconozcan que la mano de Yahveh es poderosa, y para que vosotros temáis perpetuamente a Yahveh, vuestro Dios''.


Vosotros, en cambio, sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para anunciar las magnificencias del que os llamó de las tinieblas a su maravillosa luz.


Hubo también falsos profetas en el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente sectas perniciosas y negarán al Se or que los rescató, atrayendo sobre s mismos rápida perdición.


Él guarda los pasos de sus fieles, mientras que los imp os perecen en tinieblas, porque no por su fuerza triunfa el hombre.


Por la ma ana, libre ya Nabal del efecto del vino, le contó su mujer todo, y se le quedó paralizado el corazón y como si fuese una piedra.