Éxodo 10:7 - Biblia Castilian 2003 Los servidores del Faraón le dijeron: '¿Hasta cuándo ese hombre va a ser para nosotros un lazo de ruina? Deja partir a esa gente, y que den culto a Yahveh, su Dios. ¿Ignoras aún que Egipto está pereciendo?'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo será este hombre un lazo para nosotros? Deja ir a estos hombres, para que sirvan a Jehová su Dios. ¿Acaso no sabes todavía que Egipto está ya destruido? Biblia Nueva Traducción Viviente Esta vez los funcionarios del faraón se le acercaron y le suplicaron: «¿Hasta cuándo permitirás que este hombre nos tenga como rehenes? ¡Deja que los hombres se vayan a adorar al Señor su Dios! ¿Acaso no te das cuenta de que Egipto está en ruinas?». Biblia Católica (Latinoamericana) Los servidores de Faraón le dijeron: '¿Hasta cuándo va a ser nuestra ruina este hombre? Deja salir a esa gente para que ofrezca sacrificios a su Dios. ¿No te das cuenta cómo está arruinado el país?' La Biblia Textual 3a Edicion Los siervos de Faraón dijeron: ¿Hasta cuándo nos ha de ser éste por lazo? Deja que esta gente vaya y sirva a YHVH su Dios. ¿No acabas de entender que Egipto se está destruyendo? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los servidores del Faraón le dijeron: '¿Hasta cuándo ese hombre va a ser para nosotros un lazo de ruina? Deja partir a esa gente, y que den culto a Yahveh, su Dios. ¿Ignoras aún que Egipto está pereciendo?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo nos ha de ser este por lazo? Deja ir a estos hombres, para que sirvan a Jehová su Dios; ¿acaso no sabes aún que Egipto está destruido? |
Los egipcios presionaban al pueblo, apremiándole para que abandonara el pa s, pues se dec an: 'Vamos a morir todos'.
No habitarán más en tu tierra, no sea que te induzcan a pecar contra m; pues tú rendir as culto a sus dioses y caer as en un lazo.
Cuando extienda yo mi mano sobre Egipto y saque a los israelitas de en medio de ellos, entonces reconocerán los egipcios que yo soy Yahveh'.
Yo estableceré una distinción entre mi pueblo y el tuyo. Ma ana se realizará esta se al''.
Y descubro que más amarga que la muerte es la mujer, porque es una trampa; su corazón, una red; sus brazos, cadenas. El que es grato a Dios logra escapar; pero el pecador queda prisionero de ella.
tú no tendrás sepultura junto a ellos, porque has destruido tu pa s, has degollado a tu pueblo. No se nombrará nunca más la ralea de los malvados.
¡Despierta, despierta, v stete de fuerza, brazo de Yahveh! ¡Despierta como en los d as de anta o, como en las generaciones antiguas! ¿No fuiste tú quien hendió a Ráhab, quien traspasó al dragón?
Cayó de repente Babel y se rompió, gemid por ella; buscad bálsamo para su dolor, a ver si se cura.
Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el d a de la ira de Yahveh. Por el fuego de su celo será devorada toda la tierra, porque él aniquilará de modo repentino y terrible a todos los habitantes de la tierra.
Y esto lo digo mirando a vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para una digna y sol cita dedicación al Se or.
tened por seguro que Yahveh, vuestro Dios, no seguirá arrojando a esos pueblos de delante de vosotros, sino que os servirán de red y lazo, de látigo sobre vuestras espaldas y de espinas en vuestros ojos, hasta que desaparezcáis de esta buena tierra, que Yahveh, vuestro Dios, os ha dado.
porque Saúl pensaba: 'Voy a dársela, para que le sirva de lazo, y la mano de los filisteos caiga sobre él'. Saúl dijo, pues, a David por segunda vez: 'Hoy vas a ser mi yerno'.
Convocaron entonces a todos los pr ncipes de los filisteos y les dijeron: 'Devolved el arca del Dios de Israel; que vuelva a su sitio, y no nos mate a nosotros y a nuestro pueblo'. Hab a un pánico de muerte en toda la ciudad, pues la mano de Dios pesaba duramente sobre ella.