Yahveh dijo a Moisés: 'Ve al Faraón, pues yo he endurecido su corazón y el corazón de sus siervos, a fin de obrar mis prodigios en medio de su pueblo,
Éxodo 10:27 - Biblia Castilian 2003 Pero Yahveh endureció el corazón del Faraón, que no quiso dejarles salir. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no quiso dejarlos ir. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero el Señor endureció el corazón del faraón una vez más, y no quiso dejarlos salir. Biblia Católica (Latinoamericana) y ni siquiera sabemos cuáles animales hemos de ofrecer hasta que lleguemos al lugar. La Biblia Textual 3a Edicion Pero YHVH endureció el corazón de Faraón, y no consintió en dejarlos partir. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Yahveh endureció el corazón del Faraón, que no quiso dejarles salir. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas Jehová endureció el corazón de Faraón, y no quiso dejarlos ir. |
Yahveh dijo a Moisés: 'Ve al Faraón, pues yo he endurecido su corazón y el corazón de sus siervos, a fin de obrar mis prodigios en medio de su pueblo,
Pero endureció Yahveh el corazón del Faraón, que no dejó partir a los israelitas.
Todos esos prodigios obraron Moisés y Aarón ante el Faraón. Pero Yahveh endureció el corazón del Faraón, y éste no dejó salir de su pa s a los israelitas.
Yo endureceré el corazón del Faraón, que se lanzará tras ellos, pero yo me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército. As reconocerán los egipcios que yo soy Yahveh'. As lo hicieron.
Yahveh endureció el corazón del Faraón, rey de Egipto, que salió en persecución de los israelitas; pero éstos hab an salido con la protección divina.
Dijo Yahveh a Moisés: 'Ahora que vas a volver a Egipto, disponte a hacer delante del Faraón todos los prodigios que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón y no dejará salir al pueblo'.
Por lo tanto, Él tiene misericordia de quien quiere, y Él endurece a quien quiere.
El resto de los hombres, los que no fueron exterminados por estas plagas, no se convirtieron de las obras de sus manos, de modo que no dejaron de adorar a los demonios y a los dolos de oro y de plata y de bronce y de piedra y de madera, que no pueden ver ni o r ni andar.