David echó mano a sus vestidos y los rasgó; y lo mismo hicieron todos los que estaban con él.
Esdras 9:3 - Biblia Castilian 2003 Al o r esto, rasgué mis vestiduras y mi manto, me arranqué pelos de la cabeza y de la barba y me senté desolado. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado en extremo. Biblia Nueva Traducción Viviente Al oír esto, me rasgué el manto y la camisa, me arranqué el pelo de la cabeza y de la barba, y me senté completamente horrorizado. Biblia Católica (Latinoamericana) Al oír eso rasgué mi túnica y mi manto, me arranqué los cabellos y la barba y muy conmovido me fui a sentar. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando oí hablar de este suceso, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué cabellos de mi cabeza y de mi barba, y me senté consternado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al oír esto, rasgué mis vestiduras y mi manto, me arranqué pelos de la cabeza y de la barba y me senté desolado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Lo cual oyendo yo, rasgué mi vestidura y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté atónito. |
David echó mano a sus vestidos y los rasgó; y lo mismo hicieron todos los que estaban con él.
Eliaqu n, hijo de Jilqu as, mayordomo de palacio, Sebná, el secretario, y Joaj, hijo de Asaf, el cronista, se presentaron a Ezequ as con las vestiduras rasgadas y le refirieron las palabras del copero mayor.
Al o r estas palabras, me senté y romp a llorar, hice duelo durante algunos d as, ayuné y oré ante el Dios del cielo.
Yo les reprend y los maldije, e incluso mandé azotar a algunos de ellos y arrancarles los cabellos. Les hice jurar por el nombre de Dios: 'No deis vuestros hijos a sus hijas, ni toméis sus hijas para vuestros hijos o para vosotros.
Entonces Job se levantó, rasgó sus vestiduras y se rasuró la cabeza. Luego, se echó en tierra, se postró
El aliento se extingue en mi interior, mi corazón en mi pecho se estremece.
decidle: '¡Cuán temibles son tus obras!'. Por tu mucho poder, tus mismos enemigos te cortejan,
Sube la hija de Dibón a las alturas a llorar. Por Nebó y Mádaba está gimiendo Moab. Todas sus cabezas calvas; todas sus barbas afeitadas.
El rey y todos sus servidores, que hab an o do todas aquellas palabras, no se asustaron ni rasgaron sus vestiduras.
Córtate el pelo y t ralo, entona una lamentación en las colinas, pues Yahveh desechó y repudió a la generación que provoca su ira.
Llegué as a los deportados en Tel Abib, que habitaban a orillas del r o Quebar, donde ellos habitaban, y all permanec, abatido entre ellos, siete d as.
Se ce irán de saco, los cubrirá el terror; todas las caras sonrojadas; todas las cabezas rapadas.
eres tú, ¡oh rey!, que has crecido y te has hecho fuerte; tu grandeza se ha acrecentado y ha llegado hasta el cielo, y tu imperio hasta los confines de la tierra'.
Yo, Daniel, ca desfallecido y estuve enfermo varios d as. Después me levanté y despaché los asuntos del rey. La visión me hab a aturdido y no acaba de entenderla.
No se raparán la cabeza, ni se cortarán el borde de la barba, ni se harán incisiones en el cuerpo.
Córtate los cabellos, ráete la cabeza por los hijos que eran tus delicias. Ensancha tu calva como la del buitre, porque lejos de ti han sido deportados.
Entonces Josué rasgó sus vestiduras y cayó rostro en tierra ante el arca de Yahveh hasta el atardecer, junto con los ancianos de Israel, y esparcieron polvo sobre sus cabezas.