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Esdras 9:1 - Biblia Castilian 2003

Acabadas estas cosas, se acercaron a m los jefes para decirme: 'Ni el pueblo de Israel, ni los sacerdotes, ni los levitas, se han mantenido apartados de los habitantes del pa s - cananeos, hititas, perizeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos - que tienen costumbres abominables,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Una vez realizadas estas cosas, los líderes judíos vinieron a verme y dijeron: «Muchos del pueblo de Israel e incluso algunos sacerdotes y levitas no se han mantenido separados de los otros pueblos que viven en esta tierra. Han adoptado las prácticas detestables de los cananeos, los hititas, los ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los moabitas, los egipcios y los amorreos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Después de eso, se me acercaron los jefes, diciéndome: 'El pueblo de Israel, los sacerdotes y los levitas no se han separado de todos esos pueblos cananeos, hititas, pereceos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios o amorreos, cuyas prácticas son abominables.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Al completarse estas cosas, se aproximaron a mí los príncipes, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y los levitas no se han separado de los pueblos de la tierra, y han hecho conforme a sus abominaciones, esto es, de los cananeos, los hititas, los ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los moabitas, los egipcios y los amorreos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Acabadas estas cosas, se acercaron a mí los jefes para decirme: 'Ni el pueblo de Israel, ni los sacerdotes, ni los levitas, se han mantenido apartados de los habitantes del país -cananeos, hititas, perizeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos- que tienen costumbres abominables,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel, y los sacerdotes y los levitas, no se han apartado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, y moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones.

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Lòt tradiksyon



Esdras 9:1
37 Referans Kwoze  

A la cuarta generación regresarán acá, porque hasta entonces no se habrá colmado la iniquidad de los amorreos'.


El rey Salomón, además de la hija del Faraón, amó a muchas mujeres extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas,


Hizo lo que es malo a los ojos de Yahveh, pues siguió las abominaciones de las naciones que Yahveh arrojó de delante de los israelitas.


Y a toda la gente que hab a quedado de los hititas, de los amorreos, de los perizeos, de los jiveos, y de los jebuseos, que no pertenec an a Israel,


Entonces, Secan as, hijo de Yejiel, de los descendientes de Elán, tomó la palabra y dijo a Esdras: 'Nosotros hemos prevaricado contra nuestro Dios tomando por esposas a mujeres de los habitantes del pa s. Pero, a pesar de ello, aún queda una esperanza para Israel.


A todo aquel que no se presentara en el término de tres d as, conforme al acuerdo de los jefes y de los ancianos, se le confiscar an todos sus bienes y quedar a separado de la comunidad de los que hab an vuelto del destierro.


Vi también por aquellos d as que algunos jud os tomaban mujeres de Asdod, de Amón y de Moab.


Entonces oramos a nuestro Dios y establecimos una guardia contra ellos d a y noche para defendernos de ellos.


yo aposté a la gente por familias en las partes bajas de detrás de la muralla, en lugares descubiertos, y la coloqué con sus espadas, lanzas y arcos.


Los de la raza de Israel se separaron de todos los extranjeros y, puestos en pie, confesaron sus pecados y las maldades de sus padres.


se mezclaron con los pueblos y aprendieron sus usos.


Cuando Yahveh te introduzca en la tierra de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los jiveos y de los jebuseos, la tierra que mana leche y miel que juró a tus padres que hab a de darte, guardarás en este mes el siguiente rito:


Mi ángel caminará delante de ti y te conducirá a la tierra de los amorreos, de los hititas, de los perizeos, de los cananeos, de los jiveos y de los jebuseos, a quienes yo exterminaré.


pues, ¿en qué se conocerá que yo y tu pueblo gozamos de tu favor sino en que tú vienes con nosotros? En esto se nos distinguirá, a m y a tu pueblo, de cuantos pueblos hay sobre la superficie de la tierra'.


¡Afuera! ¡Afuera! ¡Salid de all ! ¡No toquéis nada impuro! ¡Salid de en medio de ella, purificaos los que lleváis los vasos de Yahveh!


Cuando los pr ncipes de Judá tuvieron noticia de estas cosas, subieron desde el palacio real al templo de Yahveh y se sentaron a la entrada de la puerta nueva del templo de Yahveh.


Los pr ncipes y todo el pueblo dijeron entonces a los sacerdotes y a los profetas: 'Este hombre no merece pena de muerte, porque nos ha hablado en nombre de Yahveh, vuestro Dios.


No haréis lo que se hace en el pa s de Egipto, donde habéis vivido, ni lo que se hace en la tierra de Canaán, adonde os voy a introducir; no lo haréis ni seguiréis sus costumbres.


Judá ha hecho traición; abominaciones se han cometido en Judá y en Jerusalén: porque Judá ha profanado el santuario amado de Yahveh, y se ha casado con la hija de un dios extranjero.


Desde la cima de las rocas lo veo; desde lo alto de las colinas lo contemplo. Es un pueblo que habita aparte, que no es contado entre las naciones.


Acaeció que vino un hombre de los israelitas e introdujo entre sus hermanos a la madianita, a la vista de Moisés y de toda la comunidad de los israelitas, mientras éstos lloraban a la entrada de la tienda del encuentro.


Cuando hayas entrado en la tierra que te da Yahveh, tu Dios, no aprenderás a practicar las abominaciones de esas naciones,


No abominarás al idumeo, porque es hermano tuyo; no detestarás al egipcio, porque extranjero fuiste en su tierra.


Cuando Yahveh, tu Dios, te haya introducido en la tierra en la que vas a entrar para tomar posesión de ella y haya arrojado delante de ti a muchas naciones: a los hititas, los guirgaseos, los amorreos, los cananeos, los perizeos, los jiveos y los jebuseos, siete naciones más numerosas y poderosas que tú,


Porque, si os apartáis de él y os un s al resto de esas naciones que han quedado entre vosotros; si contraéis parentesco con ellas y trabáis trato con ellas,