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Esdras 7:6 - Biblia Castilian 2003

subió de Babilonia. Esdras era un escriba versado en la ley que Yahveh, Dios de Israel, hab a dado a Moisés. Y como la mano de Yahveh, su Dios, estaba con él, el rey le concedió todo cuanto le hab a pedido.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Este Esdras era un escriba muy instruido en la ley de Moisés, la cual el Señor, Dios de Israel, había dado al pueblo de Israel. Él subió de Babilonia a Jerusalén, y el rey le dio todo lo que pidió, porque la bondadosa mano del Señor su Dios estaba sobre él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Era un escriba muy instruido en la Ley que Yavé Dios de Israel había ordenado por medio de Moisés. Como Yavé su Dios estaba con él, el rey le concedió todo lo que le pedía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Este Esdras subió° de Babilonia, donde era diestro escriba de la Ley de Moisés dada por YHVH Dios de Israel, y el rey le concedió toda su petición, según la mano de YHVH su Dios era sobre él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

subió de Babilonia. Esdras era un escriba versado en la ley que Yahveh, Dios de Israel, había dado a Moisés. Y como la mano de Yahveh, su Dios, estaba con él, el rey le concedió todo cuanto le había pedido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Este Esdras subió de Babilonia, el cual era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová, el Dios de Israel, había dado; y el rey le concedió todo lo que pidió, según la mano de Jehová su Dios era sobre él.

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Lòt tradiksyon



Esdras 7:6
40 Referans Kwoze  

Le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?'. Él respondió: 'Jacob'.


Pero la mirada de Dios velaba sobre los ancianos de los jud os, y no les obligaron a paralizar las obras mientras se consultaba a Dar o y se esperaba respuesta escrita sobre el asunto.


Celebraron con gran júbilo la fiesta de los Ázimos durante siete d as, porque Yahveh les hab a colmado de gozo, ya que hab a transformado en su favor el corazón del rey de Asiria hasta el punto de ayudarles para la obra del templo de Dios, el Dios de Israel.


Yo, el rey Artajerjes, doy esta orden a todos los tesoreros de la provincia Transeufratina: 'Todo lo que os pida Esdras, sacerdote y escriba del Dios del cielo, lo cumpliréis puntualmente,


y que inclinó hacia m la benevolencia del rey, de sus consejeros y de todos los altos oficiales del rey! Yo me sent fortalecido, porque estaba conmigo la mano de Yahveh, mi Dios, y por eso reun a los jefes de Israel para que subieran conmigo.


hijo de Abisúa, hijo de Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sumo sacerdote Aarón,


Se hab a puesto en camino desde Babilonia el d a primero del mes primero, y entró en Jerusalén el d a primero del mes quinto. La mano bondadosa de su Dios estaba con él,


Éstos son, por sus genealog as, los jefes de familia que subieron conmigo de Babilonia durante el reinado del rey Artajerjes:


Y como la mano bondadosa de nuestro Dios estaba con nosotros, trajeron a un hombre prudente de los hijos de Majl, hijo de Lev, hijo de Israel, a saber, a Sereb as, y con él a sus hijos y hermanos, en número de dieciocho;


Me daba reparo solicitar del rey soldados de a pie y de a caballo como escolta, puesto que hab amos dicho al rey: 'La mano de nuestro Dios está a favor de todos los que le buscan, y su poder y su cólera contra los que le abandonan'.


El d a doce del mes primero partimos del r o Ahavá para dirigirnos a Jerusalén. La mano de nuestro Dios estaba con nosotros y nos libró de enemigos y salteadores durante el camino.


Vivieron en tiempos de Joaqu n, hijo de Josué, hijo de Josadac, y en tiempos del gobernador Nehem as y del sacerdote y escriba Esdras.


y sus hermanos Sema as, Azarel, Milalay, Guilalay, Maay, Natanael, Judá, Janan, con los instrumentos músicos de David, hombre de Dios. Esdras, el escriba, iba al frente de ellos.


Luego me levanté de noche, acompa ado de unos pocos hombres, sin manifestar a nadie lo que Dios me hab a inspirado en el corazón que hiciera en favor de Jerusalén. Sólo llevaba conmigo la cabalgadura en que yo iba montado.


Les hice saber cómo la mano bondadosa de mi Dios hab a estado conmigo, y las palabras que el rey me hab a dicho. Y exclamaron: '¡Empecemos ya la reconstrucción!'. Y se animaron a emprender esta buena obra.


y asimismo otra carta para Asaf, guarda del bosque real, a fin de que me proporcione maderas con que construir las puertas de la ciudadela que está junto al templo, las murallas de la ciudad y la casa en la que yo voy a habitar'. Y me lo concedió el rey, pues la mano bondadosa de Dios estaba conmigo.


Y as continuamos la obra - mientras la mitad empu aban las lanzas - desde el clarear del alba hasta la salida de las estrellas.


Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se congregó en la plaza que hay frente a la puerta de las Aguas y dijeron a Esdras, el escriba, que trajera el libro de la ley de Moisés que Yahveh hab a impuesto a Israel.


El segundo d a, los cabezas de familia de todo el pueblo, los sacerdotes y los levitas se reunieron en torno al escriba Esdras para comprender mejor las palabras de la ley.


Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tribuna de madera que hab an hecho al efecto; junto a él estaban: Matit as, Sema, Anan as, Ur as, Jilqu as y Maas as a su derecha; y Pedayas, Misael, Malqu as, Jasún, Jasbadaná, Zacar as y Mesulán, a su izquierda.


Nehem as, que era el gobernador, y Esdras, sacerdote y escriba, y los levitas que instru an al pueblo, dijeron a todo el pueblo: 'Este d a está consagrado a Yahveh, vuestro Dios. No hagáis duelo ni lloréis'. Pues todo el pueblo lloraba al o r las palabras de la ley.


Tú descendiste al monte Sina, desde los cielos hablaste con ellos, les diste normas justas, leyes verdaderas, preceptos y mandamientos que son buenos.


Sabrán que ésta es tu mano y que tú has hecho esto.


Él revela sus planes a Jacob, sus preceptos y leyes a Israel.


Del director; con las liras de Susa. De los hijos de Coré. Composición poética; cántico de amor.


Sea tu mano sobre el hombre de tu diestra, sobre el hijo de hombre que tú has fortalecido.


En todos tus caminos reconócele y él enderezará tus senderos.


¿Por qué, cuando vine, no hab a nadie; cuando llamé, nadie respondió? ¿Es demasiado corta mi mano para librar o no hay en m fuerza para salvar? Mirad: con mi amenaza seco el mar, convierto los r os en desierto; apestan sus peces por falta de agua y se mueren de sed.


Mirad que no es demasiado corta la mano de Yahveh para salvar, y no es demasiado duro su o do para o r;


¿Cómo podéis decir: somos sabios, y la ley de Yahveh está con nosotros? Pero es cierto que en mentira la ha convertido la pluma mentirosa de los escribas.


Entonces les dijo: 'Por eso todo escriba convertido en disc pulo del reino de los cielos se parece a un due o de casa que saca de su almacén lo nuevo y lo viejo'.


'En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos.


y ense ándoles a observar todo cuanto yo os he mandado. Y mirad: yo estoy con vosotros todos los d as hasta el final de los tiempos'.


¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el letrado? ¿Dónde el filósofo de las cosas de este mundo? ¿No convirtió Dios en necedad la sabidur a del mundo?


Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que recibisteis, en el cual os mantenéis firmes


Pero, en cambio, si de verdad escuchas la voz de Yahveh, tu Dios, y procuras practicar todos los mandamientos que yo te prescribo hoy, Yahveh, tu Dios, te exaltará por encima de todas las naciones de la tierra.


Mirad: os he ense ado preceptos y normas, como me mandó Yahveh, mi Dios, para que los pongáis por obra en medio de la tierra en que vais a entrar para tomar posesión de ella.