Porque esposo tuyo será tu creador, Yahveh Sebaot es su nombre; y tu redentor, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra se llama.
Efesios 5:32 - Biblia Castilian 2003 Gran misterio es éste, quiero decir, el de Cristo y la Iglesia. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Biblia Nueva Traducción Viviente Eso es un gran misterio, pero ilustra la manera en que Cristo y la iglesia son uno. Biblia Católica (Latinoamericana) Es éste un misterio muy grande, pues lo refiero a Cristo y a la Iglesia. La Biblia Textual 3a Edicion Grande es este misterio, pero yo digo esto° respecto al Mesías y la iglesia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Gran misterio es éste, quiero decir, el de Cristo y la Iglesia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Este misterio grande es; mas yo hablo en cuanto a Cristo y a la iglesia. |
Porque esposo tuyo será tu creador, Yahveh Sebaot es su nombre; y tu redentor, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra se llama.
Es el novio el que tiene a la novia; pero el amigo del novio, que está con él y lo oye, se llena de alegr a al o r su voz. Pues bien, esta alegr a m a se ha cumplido ya.
Estoy celoso de vosotros con celo de Dios, porque os desposé con un solo marido para presentaros, como virgen pura, a Cristo.
Por eso, dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y vendrán a ser los dos una sola carne.
En fin, vosotros también: que cada uno ame a su mujer como a s mismo, y que la mujer respete a su marido.
y también por m, para que Dios ponga su Palabra en mis labios y me conceda anunciar con valent a el misterio del Evangelio,
para que se consuelen sus corazones, caminen unidos en amor y alcancen toda la riqueza de la plenitud de la inteligencia en el profundo conocimiento del misterio de Dios, Cristo,
Sin lugar a dudas, grande es el misterio de la religión: Él ha sido manifestado en carne, justificado en esp ritu, visto por ángeles, proclamado entre gentiles, cre do en el mundo, ascendido en gloria.
Igualmente, los diáconos han de ser dignos, sin doblez en el hablar, no dados a la bebida ni a sórdidos oficios,
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de parte de Dios, preparada como esposa ataviada para su esposo.