Y a Sara le dijo: 'He entregado mil siclos de plata a tu hermano, lo que será para ti un velo sobre los ojos de los que están contigo, y as tú quedarás justificada plenamente'.
Efesios 5:11 - Biblia Castilian 2003 Y no tengáis parte en las obras infructuosas de las tinieblas, sino todo lo contrario, denunciadlas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; Biblia Nueva Traducción Viviente No participen en las obras inútiles de la maldad y la oscuridad; al contrario, sáquenlas a la luz. Biblia Católica (Latinoamericana) No tomen parte en las obras de las tinieblas, donde no hay nada que cosechar; al contrario, denúncienlas. La Biblia Textual 3a Edicion no participando en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendiéndolas, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y no tengáis parte en las obras infructuosas de las tinieblas, sino todo lo contrario, denunciadlas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y no participéis con las obras infructuosas de las tinieblas, sino antes reprobadlas. |
Y a Sara le dijo: 'He entregado mil siclos de plata a tu hermano, lo que será para ti un velo sobre los ojos de los que están contigo, y as tú quedarás justificada plenamente'.
Que el justo me golpee y el p o me reprenda; mas el aroma del malvado no perfume mi cabeza:
Miseria y oprobio a quien rechaza la instrucción; honor a quien admite la reprensión.
Castiga al insolente, y el simple se hará cauto; reprende al sensato, y ganará en saber.
Anillo de oro y alhaja preciosa: tal es un prudente reproche al o do atento.
Quien abandona la ley ensalza al malvado, quien observa la ley rompe con él.
Quien ante los reproches se rebela será aniquilado de repente y sin remedio.
los que condenan al hombre en la causa, insidian al jurado en la puerta y doblegan al justo por nada.
No me senté en compa a de gente alegre ni anduve de fiesta en fiesta; por mor de tu mano me sentaba yo solo, porque de tu furor me llenaste.
No odies a tu hermano en tu corazón; corrige a tu prójimo, para no incurrir en pecado por su causa.
Si tu hermano comete una falta, ve y repréndelo a solas tú con él. Si te escucha, ya te has ganado a tu hermano.
Pero Herodes, el tetrarca, a quien Juan reprend a por lo de Herod as, la mujer de su hermano, y por todas las maldades que hab a cometido,
a fin de que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, y alcancen la remisión de los pecados y tengan parte en la herencia de los que han sido santificados por la fe en m '.
La noche está muy avanzada, el d a se acerca. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la luz.
Os ruego, hermanos, que estéis alerta frente a los que suscitan discordias y escándalos, en contra de la doctrina que aprendisteis. Apartaos de ellos.
¿Pero qué fruto recog ais entonces? ¡Cosas de las que ahora os avergonzáis! Pues el final de ellas es muerte.
El que siembra para su propia carne, de la carne cosechará corrupción; pero el que siembra para el Esp ritu, del Esp ritu cosechará vida eterna.
a saber, que os despojéis, por lo que se refiere a vuestro anterior género de vida, del hombre viejo que se va corrompiendo a medida que sigue las tendencias de la seducción,
deis gracias al Padre que os capacitó para participar de la herencia del pueblo santo en la luz.
Porque los que duermen, de noche duermen; y los que se emborrachan, de noche se emborrachan.
Si alguno no acepta las instrucciones que en esta carta os damos, se aladlo y no tengáis trato con él, a ver si le da vergüenza.
Hermanos, en nombre del Se or Jesucristo os ordenamos que os mantengáis a distancia de cualquier hermano que ande por ah llevando una vida ociosa, y no según la tradición que recibisteis de nosotros.
A los que persisten en pecar, corr gelos públicamente, para que sirva de escarmiento a los demás.
No te precipites en imponer las manos a nadie, ni te hagas responsable de pecados ajenos. Consérvate limpio de pecado.
y altercados sin cuento, cual corresponde a hombres de mentalidad corrompida y privados de la verdad, que hacen de la religión negocio.
Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, increpa, exhorta, con toda comprensión y sin cejar en la ense anza.
Habla de estas cosas, exhorta y reprende con plena autoridad. Y que nadie te menosprecie.
O otra voz que ven a del cielo y dec a: ' Salid, pueblo m o, de ella, para que no os hagáis cómplices de sus pecados ni part cipes de sus plagas.