que de él se apiade y le diga: L brale de bajar a la fosa: yo he encontrado el rescate de su vida,
Efesios 1:7 - Biblia Castilian 2003 En él tenemos la redención por medio de su sangre, el perdón de los pecados según la riqueza de su gracia, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, Biblia Nueva Traducción Viviente Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. Biblia Católica (Latinoamericana) En él y por su sangre fuimos rescatados,
y se nos dio el perdón de los pecados,
fruto de su generosidad inmensa La Biblia Textual 3a Edicion en quien tenemos la° redención por su sangre, el perdón de los pecados,° conforme a las riquezas de su gracia, Biblia Serafín de Ausejo 1975 En él tenemos la redención por medio de su sangre, el perdón de los pecados según la riqueza de su gracia, Biblia Reina Valera Gómez (2023) en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados, según las riquezas de su gracia, |
que de él se apiade y le diga: L brale de bajar a la fosa: yo he encontrado el rescate de su vida,
que Israel espere en el Se or, pues con él está la gracia y la total salvación.
Tú eres bueno, Se or, e indulgente, generoso en favores para todo el que te invoca.
que guarda su benevolencia por mil generaciones, que tolera culpas, transgresiones y pecados, pero que no deja nada impune y castiga la falta de los padres en los hijos, y en los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación'.
Yo soy, yo soy quien borra por mi amor tus transgresiones, y de tus pecados no me acuerdo.
No tendrá ya que ense arse uno a otro ni una persona a otra persona, diciendo: 'Conoced a Yahveh', porque todos ellos me conocerán, desde el más peque o al más grande - oráculo de Yahveh -, cuando perdone su culpa y no recuerde más su pecado'.
¡Se or, escucha! ¡Se or, perdona! ¡Se or, atiende y obra! ¡No tardes, por amor de ti mismo, Dios m o! Pues tu ciudad y tu pueblo llevan tu nombre.
Al Se or, nuestro Dios, la misericordia y el perdón, porque fuimos rebeldes contra él,
y oró as a Yahveh: '¡Ah Yahveh! ¿No era esto lo que yo me dec a cuando aún estaba en mi pa s? Por eso me apresuré a huir a Tarsis, pues sab a que tú eres clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, y que te arrepientes del mal con que amenazas.
¿Qué Dios hay como tú, que perdona el pecado, que pasa por alto la rebeld a del resto de su heredad? No persiste por siempre en su ira, porque se complace en la misericordia.
'Aquel d a habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén contra el pecado y la impureza.
Álzate, espada, contra mi pastor contra mi ayudante - oráculo de Yahveh Sebaot -. Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas: volveré mi mano contra los zagales.
En cuanto a ti, por la sangre de tu alianza, libraré a tus cautivos del foso sin agua.
de la misma manera que el Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos'.
porque esto es mi sangre, la de la alianza, que va a ser derramada por todos, para perdón de los pecados.
y perdónanos nuestras deudas, como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
Y les dijo: 'Esto es mi sangre, la de la alianza, que va a ser derramada por todos.
para dar a su pueblo el conocer la salvación, mediante el perdón de sus pecados.
y que en su nombre hab a de predicarse la conversión para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.
A quienes perdonéis los pecados, les quedarán perdonados; a quienes se los retengáis, les quedarán retenidos'.
Todos los profetas le dan testimonio de que por su nombre obtiene la remisión de los pecados todo el que cree en él'.
Pedro les respondió: 'Convert os, y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para remisión de vuestros pecados, y recibiréis el don del Esp ritu Santo;
Tened cuidado de vosotros mismos y de toda la grey, en la cual el Esp ritu Santo os ha constituido inspectores para pastorear la Iglesia de Dios que él se adquirió con su propia sangre.
Arrepent os, pues, y convert os, para que sean borrados vuestros pecados,
¿O es que menosprecias la riqueza de su bondad y de su paciencia y de su comprensión, al no reconocer que esta bondad de Dios intenta llevarte a la conversión?
Pero, por gracia suya, quedan justificados en virtud de la redención realizada en Cristo Jesús,
al que Dios públicamente presentó como medio de expiación por su propia sangre, mediante la fe, a fin de mostrar su justicia al pasar por alto los pecados cometidos anteriormente,
y esto para dar a conocer la riqueza de su gloria hacia las vasijas objeto de su misericordia, que de antemano preparó para la gloria,
De Dios viene el que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual, por iniciativa de Dios, se hizo nuestra sabidur a, como también justicia, santificación y redención.
Conocéis bien la gracia de nuestro Se or Jesucristo: cómo por nosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros fuerais enriquecidos con su pobreza.
el cual es arras de nuestra herencia, para la redención del pueblo que Dios adquirió para s, para alabanza de su gloria.
para que, iluminados los ojos de [vuestro] corazón, sepáis cuál es la esperanza de su llamada, cuál la riqueza de la gloria de su herencia en el pueblo santo,
para alabanza de la gloria de su gracia, de la cual nos dotó en el Amado.
Dios, sin embargo, rico como es en misericordia, por el mucho amor con que nos amó,
para mostrar en los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia por su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús.
para que os conceda, según la riqueza de su gloria, ser poderosamente fortalecidos por la acción de su Esp ritu en vuestro interior;
A m, el menor de todo el pueblo santo, se me ha dado esta gracia: la de anunciar a los gentiles el Evangelio de la insondable riqueza de Cristo,
En correspondencia, mi Dios colmará todas vuestras necesidades según su riqueza en la gloria, en Cristo Jesús.
al que Dios ha querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo entre vosotros, la esperanza de la gloria.
Y a vosotros, que estabais muertos en vuestros pecados y en vuestra carne incircuncisa, os vivificó juntamente con él, os perdonó todas las faltas,
para que se consuelen sus corazones, caminen unidos en amor y alcancen toda la riqueza de la plenitud de la inteligencia en el profundo conocimiento del misterio de Dios, Cristo,
que se entregó a s mismo como rescate por todos, y que es el testimonio dado a su debido tiempo.
el cual se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad y para purificarnos, haciendo de nosotros un pueblo que fuera su patrimonio, dedicado a buenas obras.
que él derramó abundantemente sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador,
Según la ley, casi todas las cosas se purifican con sangre, y sin efusión de sangre no hay perdón.
Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo y los subió al madero, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia. Por sus cardenales habéis sido curados.
Porque también Cristo murió de una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevaros a Dios. Entregado a la muerte según la carne, fue vivificado según el esp ritu,
Os escribo, hijitos, porque por su nombre se os han perdonado los pecados.
Él es sacrificio de purificación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo como sacrificio de purificación por nuestros pecados.
Éstos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son v rgenes. Éstos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Éstos fueron rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero.
Y cantan un cántico nuevo, diciendo: 'Digno eres de tomar el rollo y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado, y rescataste para Dios con tu sangre a hombres de toda tribu y lengua y pueblo y nación.