De la mitad de la tribu de Manasés: dieciocho mil, que fueron designados nominalmente para ir a proclamar rey a David.
Eclesiastés 8:5 - Biblia Castilian 2003 Quien cumple lo mandado no experimenta contratiempos; el corazón del sabio sabe el cuándo y el cómo. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 El que guarda el mandamiento no experimentará mal; y el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio. Biblia Nueva Traducción Viviente Quienes lo obedezcan no serán castigados. Los sabios encontrarán el momento y la forma de hacer lo correcto, Biblia Católica (Latinoamericana) El que guarda los mandamientos no se meterá en situaciones difíciles. El sabio sabe cuál es la hora y cuáles son los criterios. La Biblia Textual 3a Edicion El que observa el mandamiento no experimentará cosa mala, Y el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio,° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Quien cumple lo mandado no experimenta contratiempos; el corazón del sabio sabe el cuándo y el cómo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) El que guarda el mandamiento no experimentará ningún mal; y el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio. |
De la mitad de la tribu de Manasés: dieciocho mil, que fueron designados nominalmente para ir a proclamar rey a David.
Pero las parteras tem an a Dios y no obedecieron las órdenes del rey de Egipto, sino que dejaban con vida también a los ni os.
El sensato tiene ante s la sabidur a, el necio husmea los confines de la tierra.
El corazón del sabio está a la derecha; el corazón del necio, a la izquierda.
Fin del discurso. Una vez o do todo, teme a Dios y guarda sus mandamientos: eso es lo que al hombre corresponde.
El sabio va con los ojos abiertos, el necio camina en la oscuridad. Pero advierto que una misma es la suerte de ambos.
Efra n está oprimido, su derecho es conculcado, porque se encuentra satisfecho cuando corre tras los dolos.
Pedro y Juan les respondieron: 'Juzgad si ser a justo ante Dios obedeceros a vosotros más que a Dios.
Pedro y los apóstoles respondieron: 'Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
Por tanto, también nosotros, desde el d a en que lo o mos, no cesamos de rogar por vosotros y de pedir que lleguéis a la plenitud en el conocimiento de su voluntad con toda sabidur a e inteligencia espiritual,
La comida sólida es propia de adultos, o sea, de los que, a fuerza de practicar, tienen desarrollada la sensibilidad para discernir entre lo bueno y lo malo.