Un abismo llama a otro: al sonido de tus cataratas, tus rompientes todos y tus olas avanzan sobre m.
Eclesiastés 5:18 - Biblia Castilian 2003 Además, si Dios concede a un hombre riqueza y fortuna, y le permite utilizarla, servirse de ella y gozar del fruto de su trabajo, eso s es don de Dios. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte. Biblia Nueva Traducción Viviente Aun así, he notado al menos una cosa positiva. Es bueno que la gente coma, beba y disfrute del trabajo que hace bajo el sol durante el corto tiempo de vida que Dios le concedió, y que acepte su destino. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando un hombre ha recibido de Dios posesiones y riquezas; cuando puede comer, gozar y disfrutar de su trabajo, todo eso es un don de Dios. La Biblia Textual 3a Edicion He aquí lo que he visto: Es bueno y propio que el hombre coma y beba y disfrute del bien de todo el trabajo con que se fatiga debajo del sol todos los días de vida que Ha-’Elohim le concedió, porque ésta es su porción. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Además, si Dios concede a un hombre riqueza y fortuna, y le permite utilizarla, servirse de ella y gozar del fruto de su trabajo, eso sí es don de Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí lo que yo he visto: Es bueno y agradable comer y beber, y gozarse uno del bien de todo su trabajo con que se afana debajo del sol todos los días de su vida que Dios le da, porque esta es su porción. |
Un abismo llama a otro: al sonido de tus cataratas, tus rompientes todos y tus olas avanzan sobre m.
Alégrate, joven, en tu adolescencia y vive feliz en los d as de tu juventud. Sigue los impulsos de tu corazón y da placer a tus ojos. Pero sábete que por todo ello Dios te llamará a juicio.
Nada rehusé a los deseos de mis ojos. No privé de goce alguno a mi corazón; porque mi corazón disfrutaba en todos mis esfuerzos, y ésa era la paga de todas mis fatigas.
No hay otra dicha para el hombre que comer y beber y regalarse con el fruto de sus fatigas. Yo veo que también esto viene de la mano de Dios;
Procuré regalar mi cuerpo con el vino, aunque sin apartar mi corazón de la sabidur a, y entregarme a la disipación para saber en qué consiste la dicha de los mortales, lo que hacen bajo el cielo durante los d as contados de su vida.
Y he concluido que no hay otra dicha para el hombre que disfrutar de sus obras, pues ésa es su suerte. Porque, ¿quién le permitirá contemplar lo que ha de venir tras él?
A un individuo Dios le concede riqueza, fortuna y gloria: nada le falta de cuanto pudiera desear. Pero Dios no le permite disfrutar de todo ello, sino que lo disfruta un extra o. Esto es vanidad y triste desventura.
Y alabo la alegr a, porque no hay otra dicha para el hombre bajo el sol que comer, beber y gozar: es lo que le queda de su esfuerzo durante los d as de vida que Dios le concede bajo el sol.
Anda, pues, y come con gozo tu pan y bebe tu vino, porque ya Dios se ha complacido en tu conducta.
Su sustento, como sustento habitual, se le daba por cuenta del rey de Babilonia, d a tras d a, durante todo el tiempo de su vida.
Sólo ante Yahveh, tu Dios, en el lugar que Yahveh, tu Dios, haya elegido, all lo comerás tú y tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva y el levita que more dentro de tus ciudades; y te regocijarás delante de Yahveh, tu Dios, por todo lo que has conseguido en tus empresas.
All comeréis en presencia de Yahveh, vuestro Dios, y os regocijaréis, vosotros y vuestras familias, por todo lo que vuestras manos han ganado y lo que te haya aportado la bendición de Dios.
Y te regocijarás por todos los bienes que Yahveh, tu Dios, te ha dado, a ti y a tu casa, y se regocijarán contigo el levita y el forastero que moran cerca de ti.
A los ricos de este mundo, recomiéndales que no sean altivos, ni pongan su esperanza en cosa tan insegura como la riqueza, sino en Dios, que nos provee de todo espléndidamente para nuestra satisfacción;