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Eclesiastés 10:20 - Biblia Castilian 2003

No maldigas del rey ni siquiera en tu lecho, ni maldigas del rico ni siquiera en tu alcoba, porque las aves del cielo llevarán tus palabras y los pájaros repetirán lo que hayas dicho.

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Montre Interlinear Bible

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

Ni aun en tu pensamiento digas mal del rey, ni en lo secreto de tu cámara digas mal del rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Nunca te burles del rey, ni siquiera en tu mente; y no te mofes de los poderosos, ni siquiera dentro de tu dormitorio. Pues un pajarito podría transmitir tu mensaje y contarles lo que dijiste.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No maldigas al rey ni siquiera de pensamiento; ni maldigas al poderoso, ni siquiera en el secreto de tu pieza: un pajarito del cielo podría llevarle el rumor, un par de alas le daría a conocer el asunto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Ni en tu pensamiento insultes al rey, Ni en tu misma recámara maldigas al rico, Porque un ave de los cielos llevará el rumor, Un ser alado° contará el asunto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No maldigas del rey ni siquiera en tu lecho, ni maldigas del rico ni siquiera en tu alcoba, porque las aves del cielo llevarán tus palabras y los pájaros repetirán lo que hayas dicho.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Ni aun en tu pensamiento digas mal del rey, ni en los secretos de tu cámara digas mal del rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber el asunto.

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Lòt tradiksyon



Eclesiastés 10:20
11 Referans Kwoze  

Respondió uno de sus servidores: 'No, mi se or el rey; es Eliseo, el profeta que hay en Israel, quien manifiesta al rey de Israel incluso las palabras que tú pronuncias en tu propia alcoba'.


Llegó la cosa a conocimiento de Mardoqueo y se la comunicó a la reina Ester. Ester se lo dijo al rey de parte de Mardoqueo.


No blasfemarás contra Dios, ni maldecirás al jefe de tu pueblo.


No retrasás la ofrenda de la abundancia de tu era y de tu lagar. Me entregarás el primogénito de tus hijos.


Pero los magos lograron otro tanto con sus encantamientos e hicieron subir ranas sobre la tierra de Egipto.


Pasará alguien oprimido y hambriento; el hambre le irritará y maldecirá a su rey y a su Dios. Volverá su rostro hacia arriba,


Marta, entre tanto, andaba atareada con los muchos quehaceres. Por fin, se paró y dijo: 'Se or, ¿es que no te importa que mi hermana me deje sola con todo el traj n de la casa? Dile que venga a echarme una mano'.


Pero él contestó: 'Yo os digo que, si éstos se callan, gritarán las piedras'.


Dijo Pablo: 'No sab a, hermanos, que fuera el sumo sacerdote; porque escrito está: No maldecirás al jefe de tu pueblos '.