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Daniel 9:6 - Biblia Castilian 2003

no hemos escuchado a tus siervos los profetas, que hablaron en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros pr ncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo del pa s.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Nos hemos rehusado a escuchar a tus siervos, los profetas, quienes hablaron bajo tu autoridad a nuestros reyes, príncipes, antepasados y a todo el pueblo de la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No hicimos caso a tus servidores los profetas que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros jefes y a nuestros padres como también a toda la nación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu Nombre hablaron a nuestros reyes y a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

no hemos escuchado a tus siervos los profetas, que hablaron en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, y a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.

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Lòt tradiksyon



Daniel 9:6
29 Referans Kwoze  

porque no hab an escuchado la voz de Yahveh, su Dios, y hab an violado su alianza: no hab an escuchado ni puesto por obra nada de lo que hab a ordenado Moisés, siervo de Yahveh.


Habló Yahveh a Manasés y a su pueblo, pero no le prestaron atención.


Desde los d as de nuestros padres hasta hoy hemos cometido muy graves faltas; y por nuestras iniquidades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes fuimos entregados al poder de los reyes de otras naciones, a la espada, al cautiverio, al saqueo y a la afrenta que cubre nuestro rostro, como en este d a.


Fuiste paciente durante muchos a os, los exhortabas por tu esp ritu, mediante tus profetas, pero ellos no prestaron o do; por eso los entregaste en manos de las gentes del pa s.


Ahora pues, oh Dios nuestro, Dios grande, poderoso y terrible, que guardas la alianza y la misericordia, no tengas en poco las calamidades que nos han sobrevenido; a nuestro reyes y jefes, a nuestros sacerdotes y profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los d as de los reyes de Asiria hasta el d a de hoy.


Nuestros reyes y jefes, nuestros sacerdotes y padres no guardaron tu ley, no atendieron a tus mandamientos, ni a las invitaciones que tú les hiciste.


y escuchando las palabras de mis siervos, los profetas, que os he enviado a su tiempo y sin cesar, pero que vosotros no escuchasteis,


porque no escucharon mis palabras - oráculo de Yahveh; porque, a pesar de que les envié a su tiempo y sin cesar a mis siervos, los profetas, no habéis escuchado - oráculo de Yahveh -.


'En lo que respecta a la palabra que nos has dicho en nombre de Yahveh, no queremos escucharte,


Ahora, pues, ya que habéis hecho todas estas cosas - oráculo de Yahveh -; y, a pesar de haberos hablado insistentemente y sin cesar, no me habéis escuchado, y, a pesar de haberos llamado, no me habéis respondido,


Pero no me escucharon ni aplicaron su o do, sino que caminaron según sus planes, según la obstinación de su corazón malvado, y en vez de avanzar retrocedieron.


y no escuchamos la voz de Yahveh, nuestro Dios, que nos mandaba caminar según las leyes que nos dio por medio de sus siervos los profetas.


Al Se or, nuestro Dios, la misericordia y el perdón, porque fuimos rebeldes contra él,


¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que han sido enviados a ella! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne a [sus] polluelos bajo sus alas! Pero no habés querido.


Porque los habitantes de Jerusalén y sus jefes, al condenarlo, cumplieron, sin saberlo, las palabras de los profetas que se leen cada sábado;