Entonces, uno que ten a apariencia humana tocó mis labios. Abr la boca, hablé y dije al que estaba delante de m: 'Se or m o, durante la visión sent grandes dolores y he quedado exhausto.
Daniel 8:27 - Biblia Castilian 2003 Yo, Daniel, ca desfallecido y estuve enfermo varios d as. Después me levanté y despaché los asuntos del rey. La visión me hab a aturdido y no acaba de entenderla. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y yo Daniel quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando convalecí, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces yo, Daniel, quedé abrumado y estuve enfermo durante varios días. Después me levanté y cumplí con mis deberes para con el rey. Sin embargo, la visión me dejó angustiado y no podía entenderla. Biblia Católica (Latinoamericana) Yo Daniel me desmayé; estuve enfermo muchos días, luego me levanté para ocuparme de los asuntos del rey. Pero seguía consternado por esa visión que no entendía. La Biblia Textual 3a Edicion Y yo, Daniel, quedé quebrantado y estuve enfermo algunos días. Luego me levanté y atendí los negocios del rey, pero estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo, Daniel, caí desfallecido y estuve enfermo varios días. Después me levanté y despaché los asuntos del rey. La visión me había aturdido y no acaba de entenderla. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y yo Daniel desfallecí y estuve enfermo algunos días; y cuando convalecí, atendí el asunto del rey; mas yo estaba espantado acerca de la visión, y no había quien la entendiese. |
Entonces, uno que ten a apariencia humana tocó mis labios. Abr la boca, hablé y dije al que estaba delante de m: 'Se or m o, durante la visión sent grandes dolores y he quedado exhausto.
Me quedé yo solo contemplando esta gran visión; pero me fallaron las fuerzas, se me desfiguró el rostro y perd el vigor.
eres tú, ¡oh rey!, que has crecido y te has hecho fuerte; tu grandeza se ha acrecentado y ha llegado hasta el cielo, y tu imperio hasta los confines de la tierra'.
He o do decir que posees el esp ritu de la adivinación divina y que hay en ti luz, perspicacia y sabidur a extraordinarias.
Hasta aqu el relato. Yo, Daniel, quedé asustado de mis pensamientos, palidec y lo guardé todo en mi corazón.
Vino hacia m y, cuando se acercó, me sent atemorizado y ca rostro en tierra. Él me dijo: 'Debes entender, hijo de hombre; que la visión se refiere al tiempo del fin'.
Estaba yo mirando durante la visión, y me pareció hallarme en Susa, la fortaleza, situada en la provincia de Elam. Advert en la visión que me encontraba a orillas del Ulay.
Vi que se acercó al carnero enfurecido contra él. Le embistió y le rompió los dos cuernos sin que el carnero tuviera fuerza para resistirle, lo arrojó en tierra, lo pisoteó y no hubo nadie que librara al carnero de aquel ataque.
Lo he o do y se estremecen mis entra as, ante esa noticia tiemblan mis labios, la caries penetra en mis huesos, vacilan mis pasos al andar. Esperaré tranquilo el d a de angustia que ha de venir sobre el pueblo invasor.
Samuel se quedó acostado hasta la ma ana; después abrió las puertas de la casa de Yahveh. Samuel tem a manifestar a El la visión.