Para aumento del principado y para una paz sin fin, sobre el trono de David se sentará y sobre su reino, para consolidarlo y apoyarlo en derecho y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Yahveh Sebaot lo hará.
Daniel 8:15 - Biblia Castilian 2003 Mientras yo, Daniel, contemplaba la visión y trataba de comprenderla, vi, de pie, junto a m, a uno que ten a figura humana, Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras yo, Daniel, procuraba entender el significado de esta visión, alguien que se parecía a un hombre se paró frente a mí. Biblia Católica (Latinoamericana) Ahora bien, mientras yo Daniel contemplaba la visión y trataba de comprenderla, creí ver a un hombre delante de mí La Biblia Textual 3a Edicion Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mientras yo, Daniel, contemplaba la visión y trataba de comprenderla, vi, de pie, junto a mí, a uno que tenía figura humana, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión, y buscaba su significado, he aquí uno con apariencia de hombre se puso delante de mí. |
Para aumento del principado y para una paz sin fin, sobre el trono de David se sentará y sobre su reino, para consolidarlo y apoyarlo en derecho y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Yahveh Sebaot lo hará.
Entonces, uno que ten a apariencia humana tocó mis labios. Abr la boca, hablé y dije al que estaba delante de m: 'Se or m o, durante la visión sent grandes dolores y he quedado exhausto.
alcé los ojos y miré. Vi a un hombre vestido de lino que ten a su cintura ce ida con un cinturón de oro puro.
Yo o a, pero no entend a. Pregunté entonces: 'Mi se or, ¿cuál será el fin de estas cosas?'.
Continué observando en la visión nocturna, y de pronto vi que, con las nubes del cielo, ven a como un hijo de hombre; avanzó hacia el anciano, le fue llevado a su presencia.
Hasta aqu el relato. Yo, Daniel, quedé asustado de mis pensamientos, palidec y lo guardé todo en mi corazón.
En el a o tercero del reinado de Baltasar, yo, Daniel, tuve una visión, después de aquella que ya hab a tenido.
Después dijo: 'Mira, voy a darte a conocer lo que sucederá al final de la cólera, porque el fin está prefijado.
Yo pregunté: '¿Quiénes son éstos, mi se or?'. El ángel que hablaba conmigo me contestó: 'Voy a mostrarte quiénes son'.
Entonces dejó a la muchedumbre y se fue a casa. Se le acercaron sus disc pulos y le dijeron: 'Expl canos la parábola de la ciza a del campo'.
Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, la anunciada por el profeta Daniel, instalada en el lugar santo - entiéndalo bien el que lee -,
Entonces aparecerá en el cielo la se al del Hijo del hombre, se golpearán el pecho todas las tribus de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y majestad.
Cuando veáis que la abominación de la desolación ha sido instalada donde no debe - entiéndalo bien el que lee -, entonces, los que estén en Judea huyan a los montes,
para que: Viendo, vean, pero no perciban; y oyendo, oigan, pero no entiendan; no sea que se conviertan y sean perdonados'.
Respondió él: 'No; soy el pr ncipe del ejército de Yahveh, que llego ahora'. Josué cayó rostro en tierra y lo adoró. Luego le dijo: '¿Qué manda mi se or a su siervo?'.
y, en medio de los candelabros, a uno semejante al Hijo del hombre, vestido de túnica talar y ce ido a la altura del pecho con un ce idor de oro.
¡Aqu se requiere sabidur a! Quien tenga talento calcule la cifra de la bestia. Es cifra de un hombre. Su cifra es seiscientos sesenta y seis.