Y dijo Amán al rey Asuero: 'Hay un pueblo disperso y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino cuyas leyes difieren de las de todos los demás pueblos y no cumple las leyes reales. No conviene al rey dejarlos en paz.
Daniel 6:5 - Biblia Castilian 2003 Los inspectores y los sátrapas buscaron algún asunto de que poder acusar a Daniel en lo relativo a la administración del reino, pero no pudieron encontrar motivos ni faltas, porque era fiel, y por eso no hallaron negligencia alguna ni falta que reprocharle. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Finalmente llegaron a la siguiente conclusión: «Nuestra única posibilidad de encontrar algún motivo para acusar a Daniel será en relación con las normas de su religión». Biblia Católica (Latinoamericana) Esos hombres se pusieron entonces a decir: 'Ya que no se le puede reprochar nada a ese Daniel, busquemos algún pretexto en la religión de su Dios'. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces aquellos hombres se dijeron: No hallaremos contra este Daniel ningún pretexto para acusarle, si no lo hallamos contra él en relación con la ley de su Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los inspectores y los sátrapas buscaron algún asunto de que poder acusar a Daniel en lo relativo a la administración del reino, pero no pudieron encontrar motivos ni faltas, porque era fiel, y por eso no hallaron negligencia alguna ni falta que reprocharle. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna, si no la hallamos contra él en relación a la ley de su Dios. |
Y dijo Amán al rey Asuero: 'Hay un pueblo disperso y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino cuyas leyes difieren de las de todos los demás pueblos y no cumple las leyes reales. No conviene al rey dejarlos en paz.
Al acecho del justo está el imp o, Sade buscando cómo pueda darle muerte;
Buscad el bienestar de la ciudad adonde os he deportado y rogad a Yahveh por ella, pues de su bienestar depende el vuestro'.
Cuando terminó David de decir estas palabras a Saúl, Saúl exclamó: '¿Es tuya esta voz, hijo m o David?'. Y Saúl levantó la voz, y rompió a llorar.
Preguntaron entonces los jefes filisteos: 'Y estos hebreos ¿qué hacen aqu ?'. Respondió Aqu s a los jefes filisteos: '¿No es éste David, súbdito de Saúl, rey de Israel, que está conmigo desde hace un a o o dos? Yo nada he encontrado contra él desde el d a en que vino a m hasta hoy'.