Pero a la ma ana siguiente su esp ritu estaba inquieto y mandó llamar a todos los adivinos y a todos los sabios de Egipto. Faraón les refirió sus sue os; pero no hubo quien se los supiera interpretar al Faraón.
Daniel 5:8 - Biblia Castilian 2003 Acudieron, pues, todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni dar al rey la interpretación. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni mostrar al rey su interpretación. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces entraron todos los sabios del rey, pero ninguno pudo leer lo que estaba escrito ni decirle al rey lo que significaba. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero ninguno de los sabios que había venido era capaz de descifrar la inscripción y de entregar su sentido. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni mostrar al rey su interpretación. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Acudieron, pues, todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni dar al rey la interpretación. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, y no pudieron leer la escritura, ni mostrar al rey su interpretación. |
Pero a la ma ana siguiente su esp ritu estaba inquieto y mandó llamar a todos los adivinos y a todos los sabios de Egipto. Faraón les refirió sus sue os; pero no hubo quien se los supiera interpretar al Faraón.
Te sobrevendrán las dos cosas de repente, en un solo d a; orfandad y viudez en toda su plenitud vendrán sobre ti, a pesar de la multitud de tus hechicer as, a pesar de la potencia de tus muchos maleficios.
¡Espada sobre los caldeos - oráculo de Yahveh -, sobre los moradores de Babel, sobre sus jefes y sus sabios!
Daniel respondió: 'El misterio que el rey desea saber no hay sabios, ni adivinos, ni magos, ni astrólogos que puedan revelárselo al rey,
cuyo ramaje era hermoso y su fruto abundante, que ten a alimento para todos, a cuya sombra se cobijaban las bestias del campo y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo,
Vinieron, pues, los magos, los adivinos, los caldeos y los astrólogos y les conté el sue o; pero no supieron darme la interpretación.
'Estaba contemplando en mi lecho las visiones de mi mente, cuando de pronto vi un árbol, de enorme altura, en el centro de la tierra.
Ahora mismo han hecho venir a mi presencia a los sabios y a los astrólogos para que leyeran esta escritura y me dieran su interpretación, pero no han podido hacerlo.