Se llevó a Babilonia todos los objetos del templo de Dios, grandes y peque os; los tesoros del templo de Yahveh y los del rey y de sus jefes.
Daniel 5:3 - Biblia Castilian 2003 Le trajeron, pues, los vasos de oro y de plata que hab an sido sacados del templo de Dios de Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus magnates, sus mujeres y sus concubinas. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces fueron traídos los vasos de oro que habían traído del templo de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que trajeron las copas de oro sacadas del templo —la casa de Dios en Jerusalén— y el rey y sus nobles, sus esposas y sus concubinas bebieron en ellas. Biblia Católica (Latinoamericana) Trajeron pues los vasos de oro que habían sido robados del Templo de Dios en Jerusalén. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces fueron traídos los vasos de oro que habían sacado del Santuario de la Casa de Dios que hubo en Jerusalem, y brindaron con ellos el rey y sus príncipes, sus mujeres y sus concubinas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Le trajeron, pues, los vasos de oro y de plata que habían sido sacados del templo de Dios de Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus magnates, sus mujeres y sus concubinas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces fueron traídos los vasos de oro que habían sido sacados del templo, de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus príncipes, sus esposas y sus concubinas. |
Se llevó a Babilonia todos los objetos del templo de Dios, grandes y peque os; los tesoros del templo de Yahveh y los del rey y de sus jefes.
Por eso ensancha sus fauces el seol, abre su boca sin medida: all bajará su nobleza y su plebe, con su bullicio y sus festejos.
Escuchad a los fugitivos y evadidos del pa s de Babel, que anuncian en Sión la venganza de Yahveh, nuestro Dios, la venganza de su templo.
Bajo los efectos de la bebida, mandó traer los vasos de oro y de plata que su padre Nabucodonosor hab a sacado del templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y sus magnates, sus mujeres y sus concubinas.
Te has alzado contra el Se or del cielo; has hecho que te trajeran los vasos de su casa, y habéis bebido vino en ellos tú y tus magnates, tus mujeres y tus concubinas; has venerado a los dioses de plata y de oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, y no has glorificado al Dios que tiene en su mano tu hálito vital y todos tus caminos.
Bebieron vino y alabaron a sus dioses de oro de plata, de bronce, de hierro, de madera y de piedra.
Por eso, aqu estoy yo para cerrar su camino con espinos; la cercaré con setos, para que no encuentre sus senderos.
Pero vosotros lo profanáis cuando dec s: 'La mesa del Se or está contaminada y fruto despreciable es su alimento'.
Cuando estén diciendo: 'Paz y seguridad', entonces, de repente, se abatirá sobre ellos la calamidad, como los dolores de parto sobre una mujer encinta; y no habrá manera de escapar.
Por aquel tiempo, cuando aún no hab a rey en Israel, un levita que resid a como forastero en los confines de la monta a de Efra n tomó como concubina a una mujer de Belén de Judá.