Dijo ella a su padre: 'No se enoje mi se or si no puedo levantarme ante ti, pues me pasa lo que suele llegar a las mujeres'. Rebuscó Labán, pero no halló los terafim.
Daniel 4:19 - Biblia Castilian 2003 eres tú, ¡oh rey!, que has crecido y te has hecho fuerte; tu grandeza se ha acrecentado y ha llegado hasta el cielo, y tu imperio hasta los confines de la tierra'. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban. El rey habló y dijo: Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió y dijo: Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para los que mal te quieren. Biblia Nueva Traducción Viviente »Al oír el relato, Daniel (también llamado Beltsasar) se quedó agobiado por un rato, atemorizado por el significado del sueño. Entonces el rey le dijo: “Beltsasar, no te alarmes por el sueño y lo que significa”. »Beltsasar respondió: “¡Mi señor, quisiera que los sucesos anticipados en este sueño ocurrieran a sus enemigos y no a usted! Biblia Católica (Latinoamericana) Ese árbol, oh rey, eres tú. Has crecido hasta tal punto que tu poder se eleva hasta los cielos y tu autoridad se extiende hasta los extremos de la tierra. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Daniel (cuyo nombre es Beltsasar), quedó atónito casi una hora, turbado por sus pensamientos. Entonces el rey habló y dijo: Oh Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Respondió Beltsasar, y dijo: Señor mío, sea este sueño para tus enemigos, y su interpretación para los que te aborrecen. Biblia Serafín de Ausejo 1975 eres tú, ¡oh rey!, que has crecido y te has hecho fuerte; tu grandeza se ha acrecentado y ha llegado hasta el cielo, y tu imperio hasta los confines de la tierra'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, estuvo atónito por una hora, y sus pensamientos lo espantaban: El rey habló, y dijo: Beltsasar, no te espante el sueño ni su interpretación. Respondió Beltsasar, y dijo: Señor mío, el sueño sea para los que te aborrecen, y su interpretación para tus enemigos. |
Dijo ella a su padre: 'No se enoje mi se or si no puedo levantarme ante ti, pues me pasa lo que suele llegar a las mujeres'. Rebuscó Labán, pero no halló los terafim.
Dio al primero estas instrucciones: 'Cuando te encuentre Esaú, mi hermano, y te pregunte: '¿De quién eres, adónde vas, y de quién es eso que va delante de ti?',
José le dijo: 'Ésta es su interpretación: los tres sarmientos son tres d as.
Mientras Abd as iba por su camino, le salió al encuentro El as. Al reconocerlo, se postró rostro en tierra y exclamó: '¿Eres tú El as, mi se or?'.
Pero ¡si quisieras perdonar su pecado! Y si no, bórrame del libro que tienes escrito'.
Buscad el bienestar de la ciudad adonde os he deportado y rogad a Yahveh por ella, pues de su bienestar depende el vuestro'.
¡Mis entra as! ¡Mis entra as! ¡Me retuerzo de dolor! ¡Entretelas de mi corazón! Mi corazón me palpita, no puedo callarme, pues sonido de trompeta oye mi alma, alarma de guerra.
El jefe de los eunucos les puso los nombres siguientes: Daniel se llamar a Baltasar; Anan as, Sidrac; Misael, Misac; y Azar as, Abdénago.
El rey tomó la palabra y le dijo a Daniel, a quien llamaban Baltasar: '¿Eres tú capaz de revelarme el sue o que tuve y su interpretación?'.
Tú, ¡oh rey!, eres rey de los reyes, a quien el Dios del Cielo ha concedido el imperio, el poder, la fuerza y la gloria.
Por tanto, ¡oh rey!, acepta mi consejo: redime tus pecados con obras de justicia y tus iniquidades con la compasión por los pobres; as se prolongará tu felicidad'.
Puesto que en él, en Daniel, llamado Baltasar por el rey, se halló un esp ritu extraordinario y ciencia y perspicacia para la interpretación de los sue os, revelación de los enigmas y solución de los problemas, que se llame ahora a Daniel y él dará la interpretación'.
¡Oh rey!, el Dios Alt simo dio a Nabucodonosor, tu padre, el reino, la grandeza, la gloria y la majestad.
Y por la majestad que le dio, temblaban ante él y le respetaban todos los pueblos, naciones y lenguas. Mataba a quien quer a, y a quien quer a dejaba con vida; engrandec a a quien quer a, y a quien quer a humillaba.
Yo, Daniel, quedé turbado en mi esp ritu por todas estas cosas y las visiones de mi mente me aterraron.
Hasta aqu el relato. Yo, Daniel, quedé asustado de mis pensamientos, palidec y lo guardé todo en mi corazón.
Yo, Daniel, ca desfallecido y estuve enfermo varios d as. Después me levanté y despaché los asuntos del rey. La visión me hab a aturdido y no acaba de entenderla.
tiemblan los montes al verte, pasa una tromba de agua alza su voz el abismo, el sol levanta sus manos a lo alto
Le respondió Ana: 'No, mi se or; soy una mujer con el alma llena de pena. No he bebido vino ni licores, sino que estoy desahogando mi alma ante Yahveh.
Y con estas palabras contuvo a sus hombres y no les permitió que se arrojaran sobre Saúl. Saúl se levantó, salió de la cueva y siguió su camino.
David contestó a Abner: '¿No eres tú un hombre? ¿Quién hay como tú en Israel? ¿Por qué no has custodiado a tu se or, el rey? Porque alguien ha llegado para matar al rey, tu se or.
Él le preguntó: '¿Qué es lo que te ha dicho? Te ruego que no me ocultes nada. ¡Que Dios te haga esto y te a ada esto otro, si me ocultas algo de lo que él te ha dicho!'.