Hizo, pues, lo que es malo a los ojos de Yahveh, como los de la casa de Ajab, los cuales, después de la muerte de su padre, fueron sus consejeros, para perdición suya.
Daniel 3:24 - Biblia Castilian 2003 Se paseaban entre las llamas, alabando a Dios y bendiciendo al Se or. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Biblia Nueva Traducción Viviente De pronto, Nabucodonosor, lleno de asombro, se puso de pie de un salto y exclamó a sus asesores: —¿No eran tres los hombres que atamos y arrojamos dentro del horno? —Sí, su majestad, así es —le contestaron. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Pues bien, caminaban en medio de las llamas alabando a Dios y bendiciendo al Señor! La Biblia Textual 3a Edicion Entonces el rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó de repente, y preguntó a los de su consejo: ¿No fueron tres los varones que cayeron atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se paseaban entre las llamas, alabando a Dios y bendiciendo al Señor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó de prisa, y habló, y dijo a los de su consejo: ¿No echaron tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron y dijeron al rey: Es verdad, oh rey. |
Hizo, pues, lo que es malo a los ojos de Yahveh, como los de la casa de Ajab, los cuales, después de la muerte de su padre, fueron sus consejeros, para perdición suya.
Desde luego, nuestro Dios, a quien servimos, puede librarnos y nos librará del horno de fuego ardiente y de tus manos, ¡oh rey!
mientras estos tres hombres, Sidrac, Misac y Abdénago, cayeron atados en medio del horno de fuego ardiente.
Azar as, puesto de pie en medio de las llamas, abrió sus labios y oró as:
'Te expulsarán de entre los hombres, y con las bestias del campo tendrás tu morada; de hierba, como los bueyes, te alimentarás y del roc o del cielo serás empapado; siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Alt simo domina sobre el reino de los hombres y lo da a quien le place.'
el rey dijo: '¿No es ésta la gran Babilonia que yo he construido para residencia real con el poder de mi fuerza y para gloria de mi majestad?'.
¡Oh rey!, el Dios Alt simo dio a Nabucodonosor, tu padre, el reino, la grandeza, la gloria y la majestad.
Entonces al rey se le mudó el color del rostro, sus pensamientos le aterraron, se le relajaron las articulaciones de las caderas y sus rodillas chocaban una contra otra.
As, pues, aquellos inspectores y sátrapas fueron precipitadamente al rey y le dijeron: '¡Viva el rey Dar o eternamente!
Llamó a la puerta del vest bulo, y se acercó a escuchar una muchacha llamada Rosa.
a medio d a, por el camino, vi, oh rey, que me rodeaba, a m y a los que conmigo iban, una luz proveniente del cielo que superaba el resplandor del sol.
Cuando vio Saúl que David sal a al encuentro del filisteo, preguntó a Abner, general del ejército: '¿De quién es hijo este muchacho, Abner?'. Abner le respondió: '¡Por tu vida, oh rey, que no lo sé!'.