Pero a la ma ana siguiente su esp ritu estaba inquieto y mandó llamar a todos los adivinos y a todos los sabios de Egipto. Faraón les refirió sus sue os; pero no hubo quien se los supiera interpretar al Faraón.
Daniel 2:2 - Biblia Castilian 2003 El rey mandó llamar a los magos y adivinos, a los hechiceros y a los caldeos, para que le explicaran aquel sue o. Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey. Biblia Nueva Traducción Viviente Mandó llamar a sus magos, brujos, hechiceros y astrólogos, y les exigió que le dijeran lo que había soñado. Cuando se presentaron ante el rey, Biblia Católica (Latinoamericana) El rey ordenó convocar a los magos, adivinos, brujos y astrólogos para que le explicaran el sueño que había tenido; vinieron y se presentaron ante el rey. La Biblia Textual 3a Edicion Hizo llamar el rey a los magos, astrólogos, hechiceros y caldeos,° para que interpretaran el sueño del rey. Vinieron pues y se presentaron ante el rey, Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey mandó llamar a los magos y adivinos, a los hechiceros y a los caldeos, para que le explicaran aquel sueño. Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el rey mandó llamar a los magos, los astrólogos, los encantadores y a los caldeos, para que declarasen al rey sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey. |
Pero a la ma ana siguiente su esp ritu estaba inquieto y mandó llamar a todos los adivinos y a todos los sabios de Egipto. Faraón les refirió sus sue os; pero no hubo quien se los supiera interpretar al Faraón.
Interrogó el rey a los sabios conocedores de los tiempos, pues tal era la costumbre del rey con todos los conocedores de la ley y del derecho.
Entonces el Faraón convocó también a los sabios y encantadores, y también ellos, los magos de Egipto, hicieron otro tanto con sus artes mágicas.
Se trastornará el esp ritu de Egipto en su pecho, y yo anularé sus planes. Consultarán a los dioses y agoreros, a los hechiceros y nigromantes.
Seguramente os dirán: 'Consultad a agoreros y adivinos que bisbisean y susurran. ¿No consulta un pueblo a sus dioses y acerca de los vivos a los muertos?'.
Sobre cuantos asuntos de sabidur a e inteligencia que el rey les consultó, los encontró diez veces superiores a todos los magos y adivinos que hab a en todo su reino.
jóvenes, sin defecto alguno, de buen parecer, instruidos en toda sabidur a, cultos e inteligentes y capacitados para la vida en la corte, a fin de ense arles la lengua y literatura de los caldeos.
Los caldeos respondieron al rey: 'No hay nadie en el mundo que pueda resolver lo que pretende el rey. Por eso, ningún rey, por grande y poderoso que fuera, preguntó jamás cosa semejante a ningún mago, adivino o caldeo.
Daniel respondió: 'El misterio que el rey desea saber no hay sabios, ni adivinos, ni magos, ni astrólogos que puedan revelárselo al rey,
Di orden de que vinieran a mi presencia todos los sabios de Babilonia, a fin de que me dieran a conocer la interpretación de mi sue o.
'Baltasar, jefe de los magos! Yo sé que posees la inspiración divina y que ningún misterio se te oculta: oye el sue o que he tenido y dame a conocer su interpretación'.
El rey mandó a voces que vinieran los adivinos, los caldeos y los astrólogos. Tomó el rey la palabra y dijo a los sabios de Babilonia: 'El que lea esta escritura y me dé su interpretación, será vestido de púrpura, llevará un collar de oro al cuello y será el tercero en el gobierno del reino'.
Convocaron los filisteos a los sacerdotes y adivinos y les preguntaron: '¿Qué haremos con el arca de Yahveh? Indicadnos el modo de devolverla a su lugar'.