Los israelitas ve an que la tez del rostro de Moisés resplandec a. Después Moisés volv a a colocar el velo sobre su rostro, hasta que entraba de nuevo a hablar con Yahveh.
Daniel 12:3 - Biblia Castilian 2003 Los sabios brillarán como el resplandor del firmamento; y los que ense aron a muchos la justicia, como las estrellas, por siempre jamás.' Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Biblia Nueva Traducción Viviente Los sabios resplandecerán tan brillantes como el cielo y quienes conducen a muchos a la justicia brillarán como estrellas para siempre. Biblia Católica (Latinoamericana) Los que tengan el conocimiento brillarán como un cielo resplandeciente, los que hayan guiado a los demás por la justicia brillarán como las estrellas por los siglos de los siglos. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los sabios brillarán como el resplandor del firmamento; y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por siempre jamás.' Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que guiaron a muchos a la justicia, como las estrellas, a perpetua eternidad. |
Los israelitas ve an que la tez del rostro de Moisés resplandec a. Después Moisés volv a a colocar el velo sobre su rostro, hasta que entraba de nuevo a hablar con Yahveh.
La senda de los justos es como la luz del alba, que aumenta en claridad hasta el pleno d a;
Además de ser sabio, Qohélet ense ó la ciencia al pueblo: oyó, meditó y propuso muchos proverbios.
Libre de los trabajos de su alma, verá la luz, y se saciará de conocimiento. Como justo, mi siervo justificará a muchos, y sus iniquidades él mismo se las cargará.
Si hubieran asistido a mi consejo, habr an anunciado mis palabras a mi pueblo; lo habr an convertido de su mala conducta y de la maldad de sus acciones.
Los sabios del pueblo instruirán a muchos; pero durante algún tiempo caerán por la espada, por el fuego, por el destierro y por el saqueo.
Caerán también algunos de los sabios y habrá entre ellos quienes serán acrisolados, purificados y blanqueados hasta el momento del fin, porque habrá aún un plazo hasta el tiempo prefijado.'
Muchos serán purificados, blanqueados y acrisolados. Los imp os obrarán imp amente. Ningún imp o comprenderá pero s comprenderán los sabios.
Entonces los justos, en el reino de su Padre, resplandecerán como el sol. El que tenga o dos, que oiga.
Jesús les contestó: 'Os lo aseguro: cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, en la regeneración, vosotros los que me habéis seguido, también os sentaréis en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
¿Quién es, pues, el criado fiel y sensato, a quien el se or puso al frente de su servidumbre, para darles la comida a su debido tiempo?
el segador recibe su salario y recoge el fruto para vida eterna, de suerte que lo mismo se alegren el que siembra y el que siega.
Juan era la lámpara que arde y que ilumina, aunque vosotros sólo por un momento quisisteis gozar de su luz.'
Hab a en la Iglesia de Antioqu a profetas y maestros: Bernabé y Simeón, llamado el Negro, Lucio el de Cirene, Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo.
Conforme a la gracia que Dios me ha dado, yo, como sabio arquitecto, puse los cimientos; y otro va edificando encima. Pero mire cada cual cómo edifica.
Él dio a unos el ser apóstoles; a otros profetas; a otros evangelistas; a otros pastores y maestros,
Pues realmente, debiendo ser maestros por el tiempo ya pasado, os encontráis de nuevo en la necesidad de que os ense en los rudimentos de los oráculos divinos, y os habéis vuelto tales que necesitáis leche, no comida sólida.
Considerad que esta paciente espera de nuestro Se or es salvación, como os escrib a nuestro amado hermano Pablo, según la sabidur a que le fue dada.
En cuanto al misterio de las siete estrellas que has visto a mi diestra y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete Iglesias; y los siete candelabros son las siete Iglesias'.
Perezcan as todos tus enemigos, oh Yahveh! ¡Y sean sus amigos como el salir del sol con todo su esplendor!'. Y el pa s quedó tranquilo durante cuarenta a os.