Daniel 10:11 - Biblia Castilian 2003 y me dijo: 'Daniel, hombre apreciado, f jate en las palabras que voy a decirte y ponte de pie en el lugar en que estás, pues ahora he sido enviado a ti'. Mientras me dec a estas palabras, me puse de pie, temblando. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el hombre me dijo: «Daniel, eres muy precioso para Dios, así que presta mucha atención a lo que tengo que decirte. Ponte de pie, porque me enviaron a ti». Cuando me dijo esto, me levanté, todavía temblando. Biblia Católica (Latinoamericana) El hombre me dijo: 'Daniel, toma en serio las palabras que te digo y manténte de pie, he sido enviado hasta ti porque tú eres amado de Dios'. Cuando me hubo hablado así, pude ponerme de pie aunque seguía temblando. La Biblia Textual 3a Edicion Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie, porque a ti he sido enviado ahora. Y cuando me hubo dicho esa palabra, me puse en pie temblando. Biblia Serafín de Ausejo 1975 y me dijo: 'Daniel, hombre apreciado, fíjate en las palabras que voy a decirte y ponte de pie en el lugar en que estás, pues ahora he sido enviado a ti'. Mientras me decía estas palabras, me puse de pie, temblando. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y levántate sobre tus pies; porque a ti he sido enviado ahora. Y cuando él hablaba conmigo estas palabras, yo me puse de pie, temblando. |
Escucha, hija, atiende y apresta tus o dos: olvida tu nación y tu familia.
Sean tus pechos cual racimos de la vid, y el olor de tu aliento como el de manzanas; tu boca, como el vino más gustoso, que va directamente hacia el amado, fluyendo por los labios y los dientes.
y estuvieran en él estos tres hombres, Noé, Daniel y Job, ellos, por su justicia, se salvar an a s mismos - oráculo del Se or Yahveh.
y me dijo: 'No temas, hombre apreciado. La paz sea contigo. ¡Vamos, ten ánimo!'. Mientras me hablaba, me sent fortalecido y le dije: 'Hable mi se or, puesto que me has fortalecido'.
No com manjares delicados; ni carne ni vino entraron en mi boca; y no me ung hasta que se cumplieron las tres semanas.
Ellas salieron huyendo del sepulcro, porque estaban sobrecogidas de temor y espanto. Y nada dijeron a nadie, porque ten an mucho miedo. [
Uno de sus disc pulos, aquel a quien Jesús amaba, estaba recostado a la mesa junto al pecho de Jesús.
Volviéndose Pedro, ve que los iba siguiendo el disc pulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se hab a recostado en su pecho y le hab a preguntado: 'Se or, ¿quién es el que te va a entregar?'.
Pero levántate y ponte en pie; porque para esto me he aparecido a ti, para constituirte en servidor y testigo de lo que acabas de ver y de lo que aún te mostraré.