Haré subir los pingües holocaustos, con humo de carneros: te ofreceré v ctimas de bueyes y de chivos. Selah
Cantares 4:6 - Biblia Castilian 2003 Hasta que expire el d a y las sombras se alarguen me iré a la monta a de la mirra, a la colina del incienso. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Hasta que apunte el día y huyan las sombras, Me iré al monte de la mirra, Y al collado del incienso. Biblia Nueva Traducción Viviente Antes de que soplen las brisas del amanecer y huyan las sombras de la noche, correré a la montaña de mirra y al cerro del incienso. Biblia Católica (Latinoamericana) Antes de que sople la brisa del día,
y se vayan las sombras,
me iré al monte de la mirra,
al cerro del incienso. La Biblia Textual 3a Edicion Hasta que refresque el día y declinen las sombras, Me iré al monte de la mirra, Y al collado del incienso. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hasta que expire el día y las sombras se alarguen me iré a la montaña de la mirra, a la colina del incienso. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hasta que apunte el día y huyan las sombras, me iré a la montaña de la mirra, y al collado del incienso. |
Haré subir los pingües holocaustos, con humo de carneros: te ofreceré v ctimas de bueyes y de chivos. Selah
Me levantarás un altar de tierra y ofrecerás en él tus holocaustos y sacrificios de comunión, tu ganado menor y mayor. En todo lugar donde yo conmemore mi nombre, vendré a ti y te bendeciré.
También lo quemará cuando prepare las lámparas al caer la tarde. Será el incienso perpetuo delante de Yahveh en todas vuestras generaciones.
Preparó también el óleo de la unción santa y el incienso aromático puro, según el arte de la perfumer a.
Hasta que expire el d a y las sombras se alarguen, vuelve, amado m o, igual que la gacela o como el cervatillo, por los montes de Béter.
¿Qué es aquello que sube del desierto, cual columna de humo, perfumado de mirra y de incienso, del aroma mejor del mercader?
de nardo y de azafrán, canela y cinamomo, con los árboles todos del incienso, de la mirra y de áloe, y las especies mejores de los bálsamos.
Date prisa, amado m o, y sé cual la gacela o como el cervatillo por los montes de los bálsamos.
Sucederá al fin de los d as que la monta a del templo de Yahveh estará asentada en la cumbre de los montes y se elevará por encima de los collados. Afluirán a ella todas las naciones,
Porque desde el lugar por donde sale el sol hasta el lugar de su ocaso, mi nombre es grande entre las naciones; y en todo lugar, un sacrificio humeante, una oblación pura, se ofrece a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones - dice Yahveh Sebaot -.
Por las entra as misericordiosas de nuestro Dios vendrá a visitarnos la aurora de lo alto,
Nos confirma as la palabra profética, a la que hacéis bien en prestar atención, como a lámpara que brilla en lugar oscuro, hasta que despunte el d a y salga el lucero de la ma ana en vuestro corazón.
Por otra parte, os escribo un mandamiento nuevo, que es realidad en él y en vosotros; pues las tinieblas pasan y la verdadera luz brilla ya.
Yo, Jesús, he enviado mi ángel para que testifique estas cosas acerca de las Iglesias. Yo soy el reto o y el linaje de David, el lucero brillante de la ma ana.
Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron ante el Cordero. Cada uno de ello ten a una citara y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo santo.