Feliz el hombre que me escucha vigilando a mis puertas cada d a, guardando los dinteles de mi entrada; (32b) felices los que guardan mis caminos.
Cantares 3:2 - Biblia Castilian 2003 Me levanté, recorr la villa por callejas y plazas, en busca del amado de mi alma. Lo buscaba y no lo hallé. Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Y dije: Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; Por las calles y por las plazas Buscaré al que ama mi alma; Lo busqué, y no lo hallé. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que me dije: «Me levantaré y recorreré la ciudad, y buscaré por todas las calles y las plazas. Buscaré a mi amado». Entonces busqué por todas partes pero no lo encontré. Biblia Católica (Latinoamericana) Me levantaré, pues,
y recorreré la ciudad.
Por las calles y las plazas
buscaré al amado de mi alma.
Lo busqué y no lo hallé. La Biblia Textual 3a Edicion Me levantaré ahora e iré por la ciudad, Por las calles y por las plazas. ¡Debo hallar al que ama mi alma! Lo busqué, pero no lo encontré. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Me levanté, recorrí la villa por callejas y plazas, en busca del amado de mi alma. Lo buscaba y no lo hallé. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Me levantaré ahora, y rondaré la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma; lo busqué, pero no lo hallé. |
Feliz el hombre que me escucha vigilando a mis puertas cada d a, guardando los dinteles de mi entrada; (32b) felices los que guardan mis caminos.
Dime, amado de mi alma, dónde apacientas el reba o, dónde sestea al mediod a, para que no vague perdida tras la grey de tus zagales.
Tropecé con los guardias, los que rondan la ciudad. ¿Habéis visto al amado de mi alma?
Me levanté para abrir a mi amado: la mirra destilaba de mis manos, de mis dedos pasaba a las clavijas de la puerta.
Pero ahora, Yahveh, tú eres nuestro padre. Nosotros somos la arcilla y tú el alfarero, obra de tus manos todos nosotros.
Recorred las calles de Jerusalén, mirad bien y comprobad, buscad por sus plazas a ver si encontráis a uno siquiera, a uno que practique la justicia, que busque la verdad, y la perdonaré.
Y esto, tanto más cuanto que bien sabéis en qué tiempo vivimos: que ya es hora de que os despertéis del sue o, pues la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe.
Despertad de esa modorra, como es justo, y no sigáis pecando; pues ignorancia de Dios es lo que algunos tienen. Para vergüenza vuestra lo digo.
Por eso se dice: 'Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y brillará sobre ti Cristo'.